Al padre de la joven le impidieron entrar a Córdoba para despedirla. Desde el Episcopado aludieron al “principio de proporcionalidad” entre prevención y razones humanitarias.
Desde la Iglesia salieron este sábado a recomendar “razonabilidad” en la aplicación de las medidas de prevención del coronavirus luego de que un padre de Neuquén no pudo despedir a su hija que padecía de cáncer porque le impidieron ingresar a Córdoba, donde estaba internada, ya que presuntamente el hombre había contraído el COVID-19.
La recomendación fue hecha por el presidente de la comisión para la Pastoral de la Salud del Episcopado, el obispo Alberto Bochatey, quien consideró que las normas sanitarias deben adecuarse al “principio de proporcionalidad” entre las medidas de prevención y las situaciones humanitarias, sin perjuicio de los necesarios cuidados.
Bochatey citó un reciente documento de la Academia para la Vida del Vaticano que recuerda ese principio, como también -añadió- señala que, si bien la vida es un valor primordial, “una situación de riesgo cero sigue siendo una imposibilidad” por lo que “habrá que tener en cuenta también el costo de la vida privada y social”.
En diálogo con Clarín, Bochatey destacó, además, la importancia de que los familiares del enfermo tengan algún tipo de proximidad con los debidos recaudos, al igual que este reciba una asistencia religiosa porque “lo humano y lo espiritual son muy vitales y de hecho, pueden ayudar a su recuperación”.
Si bien en la ciudad de Buenos Aires se trabaja en un protocolo para que los familiares puedan despedir a sus parientes enfermos –el sanatorio Mater Dei ya cuenta con uno- y hace unas semanas los capellanes hospitalarios pueden brindar asistencia, la situación es muy restrictiva en muchas provincias.