Conciencia Ambiental: “Necesitamos océanos sanos para afrontar la crisis climática”

La crisis climática es un hecho, con preocupante frecuencia evidenciamos sus consecuencias en todo el mundo, inundaciones, sequías extremas, incendios cada vez más feroces amenazan de manera constante los ecosistemas del mundo.

En la actualidad, nuestros océanos, bosques, glaciares, selvas y humedales están siendo devastados por industrias extractivistas que dañan sin reparos y no se cuestionan sobre los efectos de sus actividades en el corto, mediano y largo plazo.

Los océanos, puntualmente, son fundamentales en la lucha contra el cambio climático, no solo porque son la fuente de alimento y trabajo para millones de personas, sino que son fundamentales para la regulación del clima. Siendo las variaciones en las temperaturas de los océanos muchas veces las causantes de desastres naturales.

Son el verdadero pulmón de la Tierra, aportan anualmente entre el 50% y el 80% de oxígeno a la atmósfera. Además, absorben el 90% del exceso de calor del sistema climático y casi un tercio del carbono procedente de las emisiones de CO2 y metano a la atmósfera, que se producen por la quema de combustibles fósiles y la deforestación, entre otros. Y lo hacen 30 veces más rápido que los bosques tropicales.

A su vez, regulan gran parte del agua de lluvia, el agua potable, los alimentos y los sistemas meteorológicos de nuestro planeta que dan sustento a los modos de vida de millones de seres vivos, incluidos los humanos.

A pesar de su importancia, los océanos son castigados por la pesca intensiva y la explotación petrolera, principalmente. Si hablamos de crisis climática, hablamos también de una crisis de los océanos, las cifras sobre el impacto en nuestros océanos son abrumadoras.

En 2020, se registró la máxima temperatura histórica en la superficie oceánica. El Ártico ya perdió dos tercios de su volumen y en los últimos diez años sufrió una disminución constante de la extensión de hielo marino. Según datos del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo, en septiembre 2020 se alcanzó la extensión mínima de hielo marino del Ártico. Estas capas de hielo son vitales para regular la temperatura de nuestro planeta ya que, junto a los océanos, absorben el 90% del exceso de calor del sistema climático.

En nuestra región, por ejemplo, se han visto alteradas en intensidad y dirección las corrientes marinas. Un estudio encontró que la corriente cálida de Brasil se ha intensificado y girado hacia el sur, con un alto impacto sobre las poblaciones de peces del Mar Argentino.

No cabe duda de que necesitamos con urgencia océanos sanos. Por eso, las medidas de protección de nuestros mares y océanos deben ser una prioridad para todos los gobiernos del mundo. Sin embargo, en Argentina se está apostando a la explotación offshore de hidrocarburos como una idea de desarrollo a largo plazo, mientras que en el resto del mundo estos proyectos están siendo cancelados y los estados los limitan cada vez más, ya que implicaría una nula perspectiva de futuro apostar a una industria petrolera que está llegando a su ocaso.

Los océanos nos proveen oxígeno, capturan calor y CO2 de la atmósfera. No podemos darle a cambio derretimiento de cascos polares, pérdida de biodiversidad y de ecosistemas únicos. Necesitamos una protección urgente para nuestros océanos, porque, al fin y al cabo, protegerlos es darle pelea a la crisis climática.

Por Robert Lizarraga
Fuente: perfil.com