CONCIENCIA AMBIENTAL: “En los bosques nativos, el destino de la humanidad”

En los últimos siglos los seres humanos fuimos haciendo desaparecer hábitats naturales, aunque, numerosas comunidades pudieron vincularse armoniosamente con dichos hábitats. No fue el caso de los sectores más dinámicos y poderosos del capitalismo agroindustrial y financiero; los cuales siempre mantuvieron una relación conflictiva con el ambiente, considerándolo un recurso, una mercancía, un capital, o un estorbo.

En el pasado, los bosques nativos del mundo abarcaban un gran porcentaje de la superficie en nuestro planeta, hasta que el crecimiento de las poblaciones urbanas, la revolución industrial, la industria maderera, la ganadería y los cambios sustantivos que introdujeron la agricultura industrial y el monocultivo, fueron reduciendo esa cobertura boscosa llegando a límites altamente peligrosos. 

En la actualidad, el 80 por ciento de los bosques primarios, o nativos, ya ha sido destruido o alterado; y, además, el 20% restante está amenazado.

Los humanos afectamos el ambiente, propiciando la emergencia de epidemias, porque con la destrucción de ecosistemas naturaleslos animales silvestres tienen cada vez menos hábitat donde vivir, las personas hemos avanzado con nuestros campos de cultivos y urbanizaciones, empujándolos hacia ecosistemas intensamente transformados.

La deforestación está asociada a la propagación recurrente de enfermedades transmitidas por animales silvestres, como el mal de Chagas por vinchucas en América, y el ébola por murciélagos en África. Regiones que, junto con el sudeste asiático, sufrieron los mayores niveles de deforestación.

La migración masiva de poblaciones campesinas e indígenas a las ciudades, buscando mejores oportunidades de trabajo, dejó el camino libre al florecimiento de grandes criaderos de animales y luego la agricultura industrial propicióque las zonas rurales fueran perdiendo vertiginosamente biodiversidad, haciendo caer las barreras naturales de defensa contra enfermedades zoonóticas, especialmente las generadas por virus.

 

Cuando realizamos cambios en el uso del suelo original, cuando modificamos el ambiente, sobre todo en sistemas altamente complejos y con mucha biodiversidad, eso trae consecuencias para los seres humanos.

En definitiva, no estamos separados de la naturaleza. La suerte que corren nuestros bosques nativos y los hábitats naturaleses la suerte que corremos como especie humana, hace falta crear una verdadera cultura forestal.

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Y la misma debe ser nutrida en gran parte de aquellos habitantes que viven en estrecho contacto con el medio natural, ya que es en la interacción de saberes donde surge la diversidad. Diversidad de saberes y de miradas son, hoy, más que nunca, necesarias para proteger y regenerar la biodiversidad de nuestro planeta.

 

Por Robert Lizárraga

Fuente: Biodiversidad en Latinoamérica