En un mes los vecinos de Realicó lograron llenar de «botellas de amor» el corazón de la Plaza Yrigoyen.
El punto de acopio fue vaciado por operarios municipales para que vecinos y vecinas puedan seguir llevando sus botellas y continuar reciclando, informaron desde el municipio.
Además recordaron que las botellas se llenan con plásticos de primer uso, estos se deben compactar y la botella debe pesar aproximadamente 500 gramos.
«Reciclá, reutilizá, reducí», recomendaron desde la comuna realiquense, que al igual que otras tantas de la provincia, se sumaron a este proyecto nacional que lleva adelalante que convierte estas botellas de amor en «madera plástica» con la que se fabrican muebles, juegos infantiles y hasta casas.
Sin dudas una manera fácil, pero efectiva de contribuir al cuidado del medio ambiente, dándole un uso productivo a todo ese plástico, que de lo contrario terminaría en un basurero a cierlo abierto.