El senador radical Juan Carlos Marino se encuentra entre los 9 senadores que este año canjearon todos sus pasajes por efectivo. El pampeano juntó sus pasajes sin usar del 2016 y en mayo los canjeó por $ 63.800.
Ambas cámaras se niegan a responder los pedidos de información pública. Sin embargo, según confirmó Infobae, en el Senado los pasajes aéreos ya se cambian por $2.886, más del doble de lo que convalidó Diputados el mes pasado.
Los senadores se llevan hoy por cada ticket aéreo que canjean 2.886 pesos. Es decir que al devolver los 20 pasajes mensuales pueden obtener $57.720.
Y si agregan los diez pasajes terrestres -el máximo canjeable en el Senado- a un valor que allí quedó fijado desde 2011 en $240, suman $ 60.120 que cada senador nacional puede llevarse cada mes, adicionales a los cerca de $100.000 que perciben como sueldo neto de bolsillo. Es decir, un sobresueldo del 60 por ciento.
9 senadores
Ese año en el mes de mayo, nueve senadores canjearon todos sus pasajes por efectivo: los kirchneristas Marcelo Fuentes, Sandra Giménez, María Laura Leguizamón y Teresita Luna, el pampeano Juan Carlos Marino, el bahiense del GEN Jaime Linares, la neuquina del MPN Lucila Crixell y los santiagueños del Frente Cívico Gerardo Zamora y Ada Itúrrez de Cappellini.
El radical Juan Carlos Marino juntó algunos pasajes sin usar de 2016 correspondientes a los meses de abril, mayo, junio, julio, agosto y septiembre, y en mayo de este año los canjeó por $63.800.
Aunque se entregan mensualmente, los vouchers para viajar gratis a cualquier lugar del país valen todo el año y son al portador. Incluso si alguno representa a la Capital Federal o vive en el Gran Buenos Aires, también recibe su chequera de tramos aéreos y terrestres.
Los legisladores suelen otorgar los pasajes de ómnibus a militantes de su fuerza y con los de avión quedan bien con familiares y amigos. Y si no, tienen más de un año para convertirlos en cash.
En este festival de pasajes que van y vienen no es extraño que algunos pasajes oficiales hayan aparecido a la venta en internet.
Si bien la información sobre el canje de pasajes forma parte de la información pública a la cual debería acceder cualquier ciudadano, los legisladores intentan por todos los medios guardarla bajo siete llaves.
