La Iglesia cuestionó la “febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina”

La Conferencia Episcopal Argentina criticó que se le haya dado prioridad cuando hay “miles de cuestiones sanitarias y sociales a resolver”.

La Iglesia criticó duramente la decisión del Gobierno de impulsar en medio de la pandemia la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, al afirmar que “en las últimas semanas el panorama se ennegreció” en el país porque “la opción política pasó a ser una incomprensible urgencia, una febril obsesión por instaurar el aborto en la Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de la mayor parte de los argentinos”.

En ese sentido advierte que “hay miles de cuestiones sanitarias y sociales a resolver, que requieren toda nuestra atención: desde los problemas de vacunación hasta la cantidad de personas muy enfermas que este año no han recibido una adecuada atención médica, pasando por las mujeres que sufren violencia y no tienen un trabajo digno. Pero lo que se les ofrece en este momento duro e incierto –lamenta- el aborto, y eso es un golpe a la esperanza”.

La declaración, que se produce a una semana de la crucial votación en el Senado del proyecto –que se presenta muy reñida- tras la media sanción que le dio la Cámara de Diputados, ratifica la fuerte tensión entre el Gobierno y la Iglesia por la decisión del presidente de impulsar la legalización del aborto, particularmente por su empeño y la oportunidad elegida para hacerlo.

En otra muestra del malestar eclesiástico, la cúpula del Episcopado ya había anunciado la semana pasada su decisión de no pedirle una audiencia a Alberto Fernández para saludarlo con motivo de la Navidad quebrando una tradición de décadas. En cambio, le envió una carta en sobre cerrado en la que, se descuenta, aboga por el cuidado de la vida “desde la concepción”.

En la declaración los obispos también sostienen que “esta Navidad nos encuentra en un momento histórico donde necesitamos una ardua reconstrucción: de las fuentes de trabajo, de la educación, de las instituciones, de los lazos fraternos. Muchas cosas –añaden- se han roto y necesitan ser sanadas. Es momento de agradecer al pueblo su paciencia, su cooperación, su resistencia”.

«No obstante, confiamos en el bien que habita en el pueblo, en esa tierra fértil que son los corazones de los argentinos, capaces de elegir la vida y la fraternidad más allá de todo», suma el texto.

Subrayan que la Navidad “nos hace pensar en la dignidad de cada vida, nos recuerda cuánto vale un ser humano. El Papa Francisco –citan- quiso insistirnos en este punto en su última encíclica, de modo que la pandemia no nos deje iguales sino que nos vuelva más apasionados para defender toda vida: la vida de un anciano, de un discapacitado, de un enfermo, de un niño por nacer”.