El promedio de los sueldos subió 3%, mientras que los precios avanzaron 3,7%.
Según datos publicados por el Indec, el sueldo promedio de los trabajadores aumentó un 3% nominal en marzo, con lo que quedaron 0,7 puntos porcentuales por debajo de la inflación de ese mes (3,7%).
El índice de salarios registró un aumento del 3% mensual en el mes de marzo, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Sin embargo, no lograron alcanzar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del tercer mes del año, que cerró en 3,7%.
Los estatales a nivel nacional tuvieron un incremento salarial del 3,3% en marzo pasado, mientras que los privados registraron lograron una suba del 2,2%. Por lo tanto, perdieron por 0,4 y 1,5 puntos porcentuales respectivamente.
A futuro, la evolución del salario real dependerá en gran medida de la dinámica inflacionaria y de las negociaciones paritarias. Algunos analistas anticipan una mejora del poder adquisitivo, al menos para los trabajadores con empleo formal que logren mantener la indexación de sus ingresos. La situación es más incierta para los informales, que carecen de mecanismos automáticos de ajuste y dependen, en muchos casos, de decisiones unilaterales de sus empleadores o de lo que puedan negociar individualmente.
Otro punto clave es la recuperación del consumo interno, que permanece rezagado. Si los salarios no logran recomponerse en términos reales, será difícil que los hogares puedan aumentar su nivel de gasto, lo cual también condiciona la reactivación de la economía. Las ventas de los supermercados, por ejemplo, cayeron 0,3% en febrero, con relación al mes de enero, mientras que los mayoristas experimentaron un retroceso mensual del 1%.
Más cerca de la pobreza
El hecho de que los salarios suban por debajo de la inflación es motivo de preocupación para el Gobierno, pero mucho más lo es la pérdida del poder de compra respecto a los productos esenciales. De acuerdo al Indec, en marzo de este año la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT) tuvieron aumentos del 5,9% y 4% respectivamente, lo que significa que superaron al ajuste promedio de los salarios, que fue del 3%
Esto significa que los ingresos de los trabajadores ahora están más lejos de los artículos de primera necesidad y, por lo tanto, están más cerca de la pobreza. Cabe recordar, que aquellas personas con ingresos por debajo de una CBT son técnicamente considerados “pobres”, mientras que los hogares con ganancias menores a una CBA mensual son considerados “indigentes”.
En este contexto, la presión sobre los ingresos reales se intensifica, especialmente para los sectores más vulnerables. Si bien algunos gremios avanzan en nuevas paritarias, el desafío es lograr acuerdos que verdaderamente compensen el deterioro acumulado. Sin una mejora sostenida del poder adquisitivo, el riesgo de mayor pobreza e indigencia seguirá latente.