CONCIENCIA AMBIENTAL: Responsabilidad ambiental, principios y valores

                                                         Por Robert Lizárraga

Escribir sobre la responsabilidad ambiental es la posibilidad de expresar las preocupaciones que están presentes en quienes sentimos la enorme necesidad de construir alternativas y soluciones frente a las graves problemáticas ambientales y sociales que amenazan con destruir nuestro hábitat.

La ética medioambiental es una norma aplicada que reflexiona sobre los deberes y responsabilidades del ser humano con la naturaleza, los seres vivos y las generaciones futuras.

La primera obligación ética ecológica es garantizar la supervivencia humana actual y futura, puesto que lo primero en verse afectado por la crisis socio-ecológica es el proyecto civilizatorio humano, con todos sus logros y riquezas culturales, científicas, éticas y políticas.

 

Para lograrlo es necesario pasar de una visión antropocéntrica del mundo, que comprende solo los intereses y valores humanos, a una visión solidaria entre el mundo natural y el mundo humano, que incluya los intereses y valores del resto de los seres vivos que comparten el planeta con nosotros.

Siempre hay diferentes posibilidades o alternativas frente a las intervenciones que una sociedad propone con relación al medio ambiente, el objetivo de la educación ambiental con relación al tema de los valores, es permitir a la entidad educativa, avanzar en la construcción de conductas, criterios y comportamientos hacia la sostenibilidad de una determinada comunidad.

 

La idea de sustentabilidad debe introducir los principios de responsabilidad, como el cuidado del ser vulnerable, el principio de solidaridad, entre los seres humanos presentes y entre éstos y las generaciones futuras, el principio de autocontención y el principio de responsabilidad ciudadana, que fundamenta el concepto de ciudadanía ecológica,se trata de construir valores, no de imponerlos.

La moral no constituye una deducción lógica realizada desde posiciones teóricas establecidas, un hallazgo más o menos azaroso o una deducción casi del todo espontánea, en cambio debemos entenderla como una tarea de construcción o reconstrucción personal y colectiva de significado valioso.

La moral no está dada de antemano ni tampoco se descubre o elige casualmente, sino que exige un trabajo de elaboración personal, social y cultural.

La formación de valores supone una relación entre la persona con la comunidad; de lo interior con lo exterior; de la interiorización de las normas con las regulaciones y valores comunitarios.

El reto de la educación en valores consiste en generar espacios dentro de la sociedad para que se analicen críticamente los dilemas morales de ésta, a fin de que se elaboren pensamientos autónomos, solidarios, participativos y respetuosos de los derechos del hombre.

La educación en los valores en el campo ambiental debe promover un cambio fundamental en las actitudes y en el comportamiento individual y grupal, que permita adoptar formas de vida sostenibles para mejorar las relaciones entre los seres humanos y las de éstos con la naturaleza.

La riqueza y la diversidad de las formas de vida contribuyen a la realización de estos valores, los humanos no tenemos ningún derecho a reducir esta riqueza y esta diversidad, salvo que sea para satisfacer necesidades vitales.

La intervención humana en el mundo es actualmente excesiva y la situación va degradándose rápidamente, por lo tanto, tenemos que cambiar nuestras concepciones de forma drástica en el plano de las estructuras económicas, tecnológicas e ideológicas.

El resultado será profundamente diferente del estado actual. Este cambio ideológico consiste principalmente en valorizar la calidad de la vida, más que en tratar sin cesar de conseguir un nivel de vida más elevado.

                                                                                                  Por Robert Lizárraga

Fuentes consultadas: LA ÉTICA MEDIO AMBIENTAL: PRINCIPIOS Y VALORES PARA UNA CIUDADANÍA RESPONSABLE EN LA SOCIEDAD GLOBAL