El club All Boys de Trenel despidió con sentidas palabras a José Luis Ballari, «un personaje de nuestro pueblo que estuvo íntimamente relacionado a la historia del club».
«Querible como ninguno, en una época en la que no había tanta conciencia de inclusión social, él supo ganarse como ninguno un lugar en la sociedad trenelense», destacaron desde la institución.
Hijo de Aurelio Ballari y Anita Pachecho, desde niño tuvo ligazón con la familia alboyense a partir de la figura de su padre, un emblema del club en los primeros cincuenta años de vida. La primera sede social fue el restaurant “El Tríipoli”, de la familia Ballari, ubicado frente a las vías y los hermanos Ballari fueron de los primeros socios y jugadores de la institución.
Aurelio, “El manco”, fue además un caudillo político que accedió a la intendencia local en la década del ’60 y un dirigente encumbrado del club. El acta fundacional, que se encuentra pegada en la contratapa del primer libro, está redactada de su puño y letra.
La casa que habitaba José Luis, con sus padres, se encontraba enclavada en una cuadra donde confluían varios alboyenses. En Gobernador Centeno, entre 9 de Julio y Sarmiento, a pocos metros de la plaza, la familia Ballari, integrada además por sus hermanas mayores “Pirucha” y Mabel, sobre el frente funcionaban la oficina de Don Aurelio.
Allí, el pequeño José Luis parecía un empleado más –junto a Chiquita Tittarelli, Raúl García, Alberto Gastaud- aferrado a una pequeña máquina de escribir “Olivetti”, donde alistaba las formaciones de su querido Boca Juniors, para después encuadernarla en voluminosos biblioratos.
En esos archivos, donde atesoraba su amor por el Xeneixe, también se agolpaban recortes de revistas futboleras y de diarios provinciales. En los años ´70 se vivió el esplendor de All Boys y en esa cuadra confluía la familia de José Gago –vecino más próximo a los Ballari-, un poco más allá Gaspar Ruiz y llegando a la esquina Andrés Fontana, quien junto a “Pololo” Bolla conformar una mítica dupla en la sede social. Enfrente, Ángela y Cecilia Barbero, la familia de Ángel y Elsa Zandoná –querible matrimonio que alojaban a los ídolos de aquél momento ,“Fideo” Giménez y “Berzo” Bearzotti-. Un poco más allá la familia de Tito Tantucci.
José Luis era parte de ese paisaje urbano, integrado en distintos ámbitos, siempre con el acompañamiento de Teresita Salvá, una maestra entrañable de nuestro Trenel.
Apasionado por el fútbol, ya en los ´90 disfrutará de nuevos títulos en el club con equipos ya conformados mayoritariamente por jugadores trenelenses».
«Una afección en los últimos años le había generado dificultades para moverse y ya no era posible verlo recorrer el pueblo en su bicicleta, pero quienes ya tenemos varias décadas en nuestro almanaque, seguramente recordaremos alguna anécdota de ese ser entrañable, que nos alegraba con sus ocurrencias», destacaron desde el sitio oficial del club.
«Vaya un recuerdo especial para él, su familia y su linda vecindad, que por muchos años tuvo una íntima ligazón con la casaca auriazul. Y un deseo de cristiana resignación para “Pirucha” y Mabel».
Corresponsal Infotrenel (Agradecemos a María Gomez por la foto)