CONCIENCIA AMBIENTAL: «Día de la tierra», recuerda que eres un invitado

El 22 de abril se celebró el Día Internacional de la Madre Tierra, elegido para crear conciencia común ante los problemas medioambientales, de conservación, de la biodiversidad, de sobrexplotación, contaminación y de otras preocupaciones ambientales, con el fin de proteger nuestro hogar, el Planeta Tierra.

 Lo que hoy padecemos, en gran parte, es la cosecha de lo sembramos con nuestro antropocentrismo extremo, sobreexplotado, inconsciente tal vez para el ciudadano de a pie, pero perverso en el caso de quienes siempre fueron conscientes del camino por el que transitábamos y lo callaron por conveniencia.

Este año sevivió distinto por la situación derivada del coronavirus, esto tuvo un efecto secundario bastante inesperado, un impacto positivo en el medio ambiente, ya que desde que comenzó el brote, se han tomado medidas para limitar su propagación en todo el mundo, se ha detenido la producción industrial, se han disminuido radicalmente los vuelos de avión, así como el tráfico vehicular, entre otros.

Algunas especies animales se revitalizan, el agua de lagos y mares se limpia, un aire más puro y una atmósfera más transparente embellecen los paisajes que alcanzamos a vislumbrar, lugares que estaban ahí miles de años antes de que existiera la humanidad, tal vez para recordarnos que aquí sólo estamos de paso, que todo lo que tenemos nos es prestado.

Si nos ponemos a pensar un momento, el nuevo virus nos ha llevado a replantearnos nuestros estilos de vida, esa “normalidad” que gozábamos antes de que azotara numerosas ciudades del mundo y que nos ha mantenido encerrados en casa.

Como todos sabemos y lo vivimos, la pandemia está afectando la economía y la salud de miles de personas en el mundo, y por ello trastoca aspectos profundos de la vida, no sólo de la vida cotidiana, sino de los efectos que tenemos sobre el Planeta que habitamos.

Nos dormimos en un mundo y nos despertamos en otro, de pronto la cotidianidad, la rutina, lo que considerábamos esencial, pierde valor, cosas sencillas se convierten en un privilegio, la situación actual ha puesto en evidencia el grado que ha alcanzado el uso intensivo y a menudo irracional de los recursos naturales.

Es tiempo de proponer una visión de futuro que nos asegure no tener que pasar por episodios como el que hoy enfrentamos, dependerá de nuestra nueva forma de hacer las cosas, de vivir, de convivir, de coexistir.

Si en vez de destinar dinero al rescate de las grandes empresas lo invertimos mejor en el rescate de la humanidad, del ser y de la persona, tendríamos mejores oportunidades. Luego de esto, necesitamos ser una sociedad movilizada, empoderada, que presione por los cambios.

Sin esa presión social, sin esa fuerza ciudadana, volveremos a la normalidad de antes, esa normalidad que hoy nos tiene enfermos.

Debemos recordar que la Tierra desempeña un papel crucial en el desarrollo futuro, ya que en ella se encuentra nuestro sustento, de los procesos ecológicos inherentes a su naturaleza depende la existencia de todos los seres vivos, pero principalmente la nuestra.

 Por ello, es imprescindible pensar y actuar en torno al desarrollo sustentable, como la vía para abatir la pobreza e inequidades sociales, pero además reflexionar en la certeza de heredar en mejores condiciones esta Madre Tierra, a la que hemos dejado de venerar y cuidar.

Por Robert Lizárraga

Fuente:  Freeman.La