El presidente Javier Milei salió sin dudas fortalecido de estas legislativas, a las que llegó muy apretado en los respaldos políticos y con una fuerte incertidumbre económica reflejada en una corrida cambiaria, que necesitó del auxilio de Estados Unidos para ser contenida.
La incógnita que se abre ahora es si el presidente mantendrá el tono conciliador y las promesas de buscar alianzas políticas para realizar las reformas estructurales pendientes, ahora que los números lo favorecieron.
Una vez más los números de La Libertad Avanza sorprendieron a los encuestadores más optimistas: quienes le daban un triunfo, no apostaban a más de un 34/35% de los votos y un diferencia de 4 ó 5 puntos sobre el peronismo. El 40,7% no figuró en ningún análisis.
Fue en la provincia de Buenos Aires donde se dio el mayor batacazo: la mayoría esperaba un triunfo de Fuerza Patria por el mismo margen de diez puntos de las provinciales de septiembre, y anoche los libertarios derrotaron por estrecho margen a la fuerza del gobernador Axel Kicillof, en cuyo búnker reinó primero el silencio y luego las frases de ocasión que evidenciaron el desconcierto. ¿La baja de José Luis Espert y su sustitución por Diego Santilli (dirigente del PRO con fuerte arraigo en el interior provincial) terminó beneficiando al Gobierno?
El resultado sorprende si se analizan los sentimientos con que la mayoría de los argentinos fueron a votar: cansancio, frustración, apatía o incertidumbre. La mayoría de ellos induce a la desmovilización, y eso parece reflejarse en la baja participación: apenas un 67,8% del padrón electoral asistiendo a votar, el índice más bajo desde el retorno a la democracia.
El gran mérito del presidente, que se puso literalmente la campaña al hombro, es haber revitalizado la polarización kirchnerismo/antikirchnerismo y sortear las “terceras vías” y los provincialismos, que no lograron el desempeño pronosticado.
En la victoria del presidente fue clave el rol de quienes la consultora Isonomía denominó los “siperistas” (si, pero…) : un electorado que comparte el rumbo general de gobierno, pero tiene objeciones en valores, el tono del discurso o la velocidad de las reformar que el libertario pretende implementar. Valoran la baja de la inflación pero sienten el impacto del ajuste y esperan prontas mejoras en sus ingresos y el empleo. Este grupo decidió extenderle el crédito al gobierno y ratificó que su «cauto optimismo» se combina con un arraigado temor y rechazo a un regreso del kirchnerismo.
El discurso del presidente fue anoche conciliador, en consonancia con sus últimas intervenciones. Habrá que ver si logra superar errores que lo desgastaron: desconexión de problemas cotidianos de la gente, problemas de gestión, sospechas de corrupción, pérdida de energía en disputas internas y competencia a menudo despiadada con posibles aliados.
Los números indican que ganó terreno en el Congreso, pero debe construir mayorías sólidas que le garanticen gobernabilidad. Su desafío es generar alianzas que le permitan recuperar la iniciativa y gobernar en un escenario que todavía presenta una alta dosis de volatilidad y afronta la necesidad de reformas estructurales en la economía y otras áreas claves para el futuro del país.
Esta victoria permite al gobierno de Milei superar un período de profunda incertidumbre. LLA obtuvo grandes ganancias en el interior del país, donde se esperaba un buen desempeño. En la provincia de Buenos Aires, el mensaje de que se trataba de una elección entre el peronismo y Milei parece haber calado hondo. Incluso aquellos que no veían con buenos ojos al presidente parecen haber llegado a la conclusión de que, sobre todo, temen a la oposición derrochadora.
El resultado reduce drásticamente la posibilidad de que la disciplina fiscal argentina se debilite pronto. Los inversores también se mostrarán más optimistas sobre las posibilidades de reelección de Milei en 2027. Con la publicación de los resultados, las acciones argentinas negociadas en el extranjero se dispararon. Junto con el peso, los bonos también deberían subir.
La victoria no significa que los problemas de Milei con el peso se hayan resuelto definitivamente. El gobierno necesita urgentemente acumular reservas extranjeras para pagar al menos 18.000 millones de dólares de su deuda con vencimiento en 2026, y el mero hecho de comprar dólares normalmente debilitaría el peso. Además, muchos economistas creen que el peso parece sobrevaluado en relación con los fundamentos de la economía argentina.
Dada la inesperada fortaleza de la posición de Milei, este parece ser el momento perfecto para que el peso flote completamente y comience a apuntar a la inflación mediante la política monetaria habitual. Esto reduciría la posibilidad de futuros problemas con la moneda y facilitaría la acumulación de reservas, todo ello sin mucho riesgo de una sacudida inflacionaria inmediata. Sin embargo, antes de las elecciones, el gobierno insistió en que no cambiaría el régimen cambiario. La banda dentro de la cual flota el peso se amplía ligeramente cada mes. Milei podría considerar esto suficiente.
Además de acumular reservas para pagar la deuda, el otro gran desafío de Milei es ahora la reforma estructural. Sus prioridades incluyen sanear el complejo sistema tributario, liberalizar el mercado laboral y, quizás, reformar las pensiones. Todo esto requiere una mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Con solo la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado renovados en las elecciones, Milei aún no la tiene, por lo que debe construir coaliciones. Este no ha sido su punto fuerte hasta ahora, pero la gran victoria le ayudará. Muchos legisladores que podrían haberse opuesto a él ahora considerarán prudente llegar a acuerdos con el gobierno fortalecido.








