Por Norberto G. Asquini
El domingo 11 de agosto se vota para presidente y para diputados nacionales en La Pampa, pero las PASO no tendrán ninguna implicancia inmediata. Apenas servirán como una encuesta previa para la votación que define todo, la del 27 de octubre. Mientras tanto, en la provincia hacen cuentas sobre lo que pasará si gana Fernández-Fernández o si es reelecto Macri.
Estamos en el último tramo de una campaña sin mucho contenido, con pocas propuestas para un país golpeado y con exceso de confrontación. Será una elección polarizada, concentrada en los dos extremos. Mauricio Macri-Miguel Pichetto y Alberto Fernández-Cristina Kirchner concitan la atención, las expectativas y las adhesiones de la gran mayoría.
Dos modelos de país que chocan. FF van por el voto del bolsillo, frente a un país en crisis económica y social. Macri, sin poder mostrar logros económicos, apunta a un voto más ideológico: agitando el miedo a la vuelta del populismo.
Los Fernández van adelante en los sondeos. Macri parece acortarles distancia. Del promedio de las encuestas publicadas por medios nacionales, parece que habría entre ambos una diferencia entre 2 y 5 puntos. El domingo en la encuesta previa a octubre cada uno quiere ampliar o acortar esos márgenes. Si la diferencia entre ambas boletas es grande, se allana el camino para los Fernández.
Macri intentará achicar las distancias para ponerse a unos pocos puntos y apuntar los cañones a octubre. Con la polarización, la famosa grieta, jugando a full hacia ambos polos, ambos ven que en octubre puede haber un ganador en primera vuelta si pasa el 45%.
El doble empuje del PJ
Hay una distancia muy amplia, y no solo en lo político, si gana un extremo o el otro. Lo sabe la gente común, lo palpita la dirigencia pampeana. Entre estos últimos se hacen cuentas por si le va bien a los candidatos propios, o si les va mal. Las consecuencias políticas abren un abismo a ambos lados.
El PJ pampeano es uno de los peronismos provinciales alineados a la fórmula FF. No lo están todos los gobernadores peronistas, menos con el ímpetu con que lo asumieron el actual gobernador Carlos Verna y el próximo Sergio Ziliotto.
En estos días Verna se metió de lleno en la campaña. Con el «doble empuje» en La Pampa, con la fórmula FF y Verna juntos, esperan darle una nueva paliza a la oposición y otro claro mensaje a Macri. El peronismo se ilusiona con doblar en votos a la oposición y meter los dos diputados.
En octubre, si gana FF, será dejar a Macri detrás y a cuatro años de mala relación y penurias económicas. Si es reelecto el presidente, Ziliotto tendrá que buscar agua en el desierto frente a un gobierno nacional fortalecido.
El kirchnerismo es el que más puede llegar a sentir una victoria o una derrota de FF. Un camporista va gobernar Santa Rosa los próximos cuatro años. Si gana FF, tendrá línea directa con el gobierno nacional con todo su apoyo, que lo necesitará para levantar la ciudad. Si es reelecto Macri, estiman que serán años duros para la próxima administración municipal porque les harán sentir la grieta.
Hay otras especulaciones detrás de una victoria de FF en el kirchnerismo, y es volver a hacerse con los cargos nacionales en La Pampa.
Distraídos y militantes
Juntos por el Cambio, el ex Cambiemos, en La Pampa tienen dos visiones. Como siempre, nada nuevo. Los radicales hacen campaña solo por su candidato y ni mencionan a Macri. Esperan que gane el presidente por el temor a FF y por su antiperonismo, pero no se hacen demasiadas ilusiones con un próximo gobierno macrista. Poco han logrado como aliados del PRO.
La dirigencia radical se desmarca de Macri y no le cuesta nada hacerse la distraída. No hay amor en esa relación. La grieta lo puede todo, hasta votar a Macri a pesar de las diferencias que se tengan con el presidente. Sin embargo hay quienes en el interior resisten al macrismo, y se lo han hecho sentir al candidato radical, y otros que no verían mal una derrota para debilitar al PRO. Igualmente, quieran o no, por ahora están en el mismo barco.
Distinto es el accionar del PRO en La Pampa. Sus dirigentes se han puesto la campaña de Macri al hombro porque es a ganar o perder. Se muestra demasiada intensidad, no solo por la proliferación de las fake news que abundan en ambos lados o los spots engañosos sobre supuestos logros de la gestión macrista, sino por el esfuerzo puesto en la prédica antiperonista.
Una victoria de Macri seguirá sosteniendo al sector no solo por las relaciones con Nación sino con los cargos nacionales en La Pampa que son la estructura política del PRO. Una derrota los volverá a dejar muy atrás como opción política, cuando ya se sufrió una derrota a manos de la UCR.
El resto de las fuerzas quiere sumar en los votos que quedan fuera de la grieta. Las expectativas están lejos de competir con éxito en lo nacional o por los dos cargos de diputados. Consenso Federal con el socialismo detrás de la figura de Roberto Lavagna buscará ser la tercera boleta más votada, la alternativa a los dos extremos. Las izquierdas a ser la opción más votada dentro de ese espectro político hoy testimonial en La Pampa.
El domingo se vota en las PASO y se sabrá dónde está ubicado cada candidato. Con los números en la mano, festejando o sufriéndolos, el lunes empieza la otra campaña, la que vale un mundo.