El último derrame de petróleo en Vaca Muerta que opera YPF en Neuquén, tuvo consecuencias profundas para la empresa.
El miércoles, el gobierno provincial suspendió la licencia ambiental de la compañía para la explotación en Bandurria Sur, donde el 19 de octubre pasado ocurrió el hecho que afectó a una zona de tres hectáreas. Sin embargo, los daños naturales se extendieron hasta 27 kilómetros.
Es la primera vez en la historia de Neuquén que se emite una sanción de estas características en la industria del petróleo y el gas.
Esta medida le impide a YPF avanzar en el desarrollo dentro del área hasta que la autoridad de aplicación le vuelva a entregar la habilitación. Desde la Subsecretaría de Ambiente de la provincia de Neuquén habían anunciado que se estudiaba una sanción dura y ejemplificadora. Días después del derrame se mencionó la posibilidad de una penalidad que podía ser económica, de unos US$700.000.
El derrame se produjo durante la madrugada del 19 de octubre pasado en el área de Bandurria Sur de Vaca Muerta y fue el primer blowout, o descontrol de pozo, de los últimos cuatro años en la formación geológica. Después de conocerse la sanción, la empresa comunicó que la medida fue acatada en forma inmediata para esclarecer la situación. A su vez Greenpeace reclamó que la penalidad impuesta no era suficiente debido al impacto ambiental que el derrame tuvo en la zona.
YPF sostiene que el diálogo con el gobierno de Neuquén continúa siendo constructivo y abierto.
“En pos de desarrollar el potencial energético de la provincia con el cuidado del medio ambiente y la garantía de la sustentabilidad de las operaciones».
Fuente: La Nación.