Cambiemos, que es minoría en la Cámara, consiguió la media sanción de los tres cuestionados proyectos de reforma. El tema deberá ahora ser discutido en Diputados, adonde los bloques del massismo y el kirchnerismo ya anticiparon su rechazo.
El proyecto previsional obtuvo el visto bueno en la Cámara alta con 43 votos afirmativos, frente 23 en contra y tres abstenciones. En tanto el consenso fiscal tuvo 52 aprobaciones y 15 rechazos; mientras que la iniciativa de responsabilidad fiscal consiguió 53 sufragios positivos contra 14 senadores que se opusieron.
Se oyeron duras críticas del kirchnerismo, puntanos y los progresistas.
Gracias al apoyo clave de un puñado de senadores peronistas, el Gobierno consiguió avanzar en el Senado con la sanción de los proyectos de Ley de Responsabilidad Fiscal, el pacto fiscal y la reforma jubilatoria que previamente la Casa Rosada había acordado con los gobernadores.
Adolfo Rodríguez Saá, con uno de los discursos más duros de la noche, señaló: «Este camino Cambiemos ya lo ha transitado como parte de la Alianza. Esto va a ser cada vez peor. Y el peronismo estará del lado de los más débiles».
Esa frase de Rodríguez Saá, sobre el cierre del debate, le valió un cruce sutil con el jefe de la bancada mayoritaria y pieza clave para la aprobación de los proyectos, Miguel Pichetto, quien comenzó su discurso preguntando: «¿Quién lo quiere estar del lado de los más débiles?».
El rionegrino se amparó en las decisiones de los gobernadores para defender su postura frente a los tres temas. «Veintitrés provincias han firmado este acuerdo», enfatizó.
El mismo dato resaltaron los oficialistas que defendieron las iniciativas. Además, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, destacó especialmente la Ley de Responsabilidad Fiscal. «El acuerdo de hoy es histórico, podría terminar con un drama de la Argentina: el de un país que se destruye cada cierto tiempo porque sus gobiernos gastan más de lo posible», prometió.
Con este resultado se consiguieron los dos tercios que necesitaba el gobierno nacional. Sólo ocho senadores votaron en contra: cuatro kirchneristas, dos puntanos y dos progresistas.
