La nueva oposición del PJ nacional para romper la polarización y pelear la presidencia en 2019

El PJ no kirchnerista consolida el espacio y busca convertirse en una opción electoral competitiva.

En las reuniones más pequeñas y privadas del peronismo federal suele quedar flotando una ilusión sobre el futuro. Una proyección positiva como resultado de una construcción lenta, compleja y necesaria. Los dirigentes que tejen alianzas cada día se convencieron, con el pasar de los meses, que la alternativa que están diseñando será el espacio peronista que trascienda en los próximos años. Cuando Cristina Kirchner ya no tenga el poder suficiente para ordenar una mayoría dirigencial y electoral -escenario que los más optimistas creen que paulatinamente se generará a partir del 2020- será Alternativa Federal, o el nombre en el que mute, la que encabece una verdadera renovación dentro del peronismo.

En ese proyecto a largo plazo están los nombres de los principales dirigentes que hoy tiene la flamante construcción. Quizás el paso del tiempo los relegue a no ser líderes o a perder terreno en las candidaturas para los puestos más importantes. Lo saben Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey, los dos presidenciables que en el cierre de este año reafirmaron la voluntad de generar frente a la sociedad una opción diferente a Cambiemos y el kirchnerismo. Lo saben y lo asumen. Porque detrás de ellos hay gobernadores y legisladores que en los años venideros intentarán subir sus perfiles y llegar a los escalones más alto del poder nacional. Son las reglas del juego.

 

El espacio político tiene el respaldo de 10 gobernadores

El espacio político tiene el respaldo de 10 gobernadores

Pero en Argentina un solo año es demasiado tiempo como para adelantar certezas. Todo es incertidumbre. Es una forma de vivir instalada en la idiosincrasia nacional. Por eso los dirigentes del peronismo trabajan pensando en mañana. Tal vez en el próximo mes. Afrontan uno de los desafíos más importantes de las últimas décadas en lo que respecta a la reconfiguración del escenario político. Cómo retornar al poder sin tener la figura de la ex jefa de Estado apoyada sobre sus hombros. Cómo dejar atrás el ciclo kirchnerista que marcó a fuego a los argentinos e instaló en la sociedad una grieta que también se dedicó a profundizar junto a los que hoy forman parte de Cambiemos y antes eran las caras del PRO y la UCR.

 

En el presente hay diez gobernadores -8 del PJ y dos de partidos provinciales- que decidieron aportar a una causa común. En la misma mesa se sientan Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manzur (Tucumán), Gustavo Bordet(Entre Ríos), Domingo Peppo (Chaco), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Hugo Passalacqua (Misiones), Mariano Arcioni (Chubut), Sergio Casas (La Rioja) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego). Antes de que todos lograran coincidir en el camino a seguir, Sergio Massa decidió su regreso al peronismo y acordó con Miguel Pichetto escribir una nueva historia. También limó asperezas con Florencio Randazzo y acercó posiciones con Urtubey, sabiendo de antemano que el próximo año tanto él como el salteño quieren competir por la presidencia de la Nación.

 

Sergio Massa y Miguel Pichetto, dos de los dirigentes más importantes de Argentina Federal

Sergio Massa y Miguel Pichetto, dos de los dirigentes más importantes de Argentina Federal

La mesa de los nombres principales es el resultado de múltiples gestiones llevadas a cabo por legisladores del peronismo desde los últimos meses del 2017. En esa lista están anotados Pablo Kosiner, Diego Bossio, Graciela Camaño, Eduardo «Bali» Bucca, Raúl Pérez y Carlos Caserio, entre otros nombres que representaron las voces de los gobernadores y que acercaron posiciones en los pasillos del Congreso y en sus despachos legislativos. La alternativa se empezó a gestar un año atrás, cuando la discusión en el peronismo estaba protagonizada por Cristina y Randazzo, y las elecciones legislativas marcaban el regreso de la ex presidenta al barro de la política semanal.

El último encuentro en la Casa de Córdoba fue el punto final para el año de las gestiones y los acuerdos. O, al menos, para la mayoría de ellos. En el 2019 tratarán de incorporar a más gobernadores para ampliar la base de sustentación y enfrentar las elecciones con el mayor potencial posible. Los nombres apuntados son Alberto Weretilneck (Río Negro), Miguel Lifschitz (Santa Fe) y Omar Gutiérrez (Neuquén). El rionegrino es el que está más cerca de sumarse, mientras que los dos restantes están un paso atrás. Si los logran incluir y generar una alianza con el socialismo y el Movimiento Popular Neuquino, el acuerdo recién llegará en el final del verano. Hasta ese entonces, en Alternativa Federal trabajarán para unificar un mensaje y hacer una presentación pública ante la sociedad. El acto para exponerlo será en la segunda quincena de enero, en Mar del Plata y con una convocatoria de 2.000 dirigentes de todo el país.

 

Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey trabajaron para que el espacio tome volumen político

Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey trabajaron para que el espacio tome volumen político

El objetivo a corto plazo es lograr que el espacio tome el volumen suficiente para llegar a marzo con una estructura sólida y competitiva. De ese armado dependen también las ambiciones de Massa y Urtubey. Actualmente cada uno arma su candidatura por separado y con consejos de comunicación bien específicos. Al líder del Frente Renovador lo asesora el catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, quien trabajó hasta el año pasado con Cristina Kirchner, mientras que al salteño lo aconseja el español Antonio Sola, quien asesoró al flamante presidente de México, Manuel López Obrador. Cada uno hace su juego bajo un acuerdo de respaldo mutuo en el futuro. El que pierda la interna que planean acompañará desde el lugar que le toque. Es la única manera de que el proyecto que arman tenga un destino posible. Si se fisura el esquema, pierden todos.

Si para marzo de 2019 sus candidaturas no progresan en las encuestas, en Alternativa Federal tendrán que buscar nuevos nombres. La posibilidad de un tercer candidato es real pero no deja de ser una hipótesis basada en el difícil camino que deben transitar para crecer frente a la polarización entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner. El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, es un potencial candidato. Él quiere y en el peronismo lo barajan como una opción posible. Sin embargo, primero debe ganar su provincia y mantener alineado al kirchnerismo dentro de su frente provincial. Tiene que cuidar su territorio para posicionarse como una opción.

 

El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, tiene intenciones de ser candidato a presidente (Julieta Ferrario)

El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, tiene intenciones de ser candidato a presidente (Julieta Ferrario)

El segundo nombre es Roberto Lavagna. El ex ministro de Economía posee una imagen positiva en crecimiento y el capital de haber sido uno de los principales funcionarios que protagonizaron la salida de la crisis del 2001. No tiene intenciones de ser. No quiere jugar. Al menos es lo que deja trascender. Pero su apellido es siempre un plan B. En esa carrera imaginaria también entra el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. Pero su aparición podría darse como una opción dentro de la PASO del peronismo. Massa lo quiere convencer de competir como candidato presidencial para darle mayor volumen a la interna. Una estrategia similar a la que utilizó el ex diputado en el 2015 junto a José Manuel de la Sota. Schiaretti buscará reelegir en la provincia y confirmar la continuidad del peronismo en suelo local.

En los últimos días de diciembre no hay lugar para el kirchnerismo dentro de la alternativa que construyen los gobernadores. La unidad no es una posibilidad en el corto plazo. El 22 de junio vence el plazo para la presentación de las listas de precandidatos para las PASO. Hasta ese momento habrá múltiples especulaciones sobre un acuerdo entre las partes. Un porcentaje importante de los dirigentes de Alternativa Federal estarían dispuestos a firmar la unidad, pero solo si Cristina Kirchner da un paso al costado y resigna la conducción de todo el espacio. Parece una utopía. Pero también resultaba extraño que la ex presidenta compitiera el año pasado. No solo lo terminó haciendo, sino que pateó el tablero electoral y formó Unidad Ciudadana aplastando el sello del PJ. No hay que descartar jugadas en el ajedrez del peronismo.

 

La última reunión de Alternativa Federal contó con la presencia del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora

La última reunión de Alternativa Federal contó con la presencia del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora

El 2019 habrá elecciones en 21 provincias y en la ciudad de Buenos Aires. El año culminará con la batalla más importante: la elección presidencial. Para permanecer arriba del ring hasta el final el peronismo apuesta a un encadenamiento de triunfos en los comicios provinciales. Una situación similar a la que Cambiemos generó en el 2017 cuando logró imponer lo que en los medios y la política fue conocido como «la ola amarilla».

La cuenta es sencilla. Si cada uno de los gobernadores que integran Alternativa Federal logra ganar en su distrito, con el pasar de los meses, el peronismo instalará una sensación de triunfalismo en la sociedad. Entonces, la ola cambiará de color y las percepción de los votantes podrá variar. Es el anhelo. También es una expresión de deseo. Hasta que lleguen los comicios buscarán crecer, consolidar la idea y fortalecer los cimientos de la incipiente estructura. Mostrarán en público los principales puntos de un proyecto para atravesar la grieta. El desafío es grande. Muy grande. Sobre todo para un país en el que la sociedad vive en constante estado de convulsión y confrontación.

Fuente Infobae