El Senado aprobó el proyecto de etiquetado frontal de alimentos

El Senado de la Nación aprobó con 64 votos a favor y 3 en contra el proyecto denominado Ley de Etiquetado Frontal, que aglutina varias iniciativas con objetivos similares, una de ellas de autoría del senador por La Pampa Juan Carlos Marino.

El expediente en cuestión, a la espera de su sanción definitiva cuando sea tratado en la Cámara de Diputados, entre sus objetivos busca: brindar información nutricional simple y comprensible a los consumidores para que puedan ejercer el derecho a una alimentación saludable; advertir sobre el riesgo de consumir productos con exceso de azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías; y promover una alimentación saludable y reducir las enfermedades no transmisibles.

Para lograr su cumplimiento, entre otras medidas, establece que los alimentos y bebidas incorporen rótulos octogonales, a modo de alerta, cuando dichos productos contengan cantidades elevadas de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y/o calorías.

El consumo excesivo de los denominados “nutrientes críticos” (azúcares, sodio, grasas totales, grasas trans y grasas saturadas) se asocian a un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes y el cáncer.

En nuestro país, según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018, el 66,1% de los argentinos tiene exceso de peso, en una proporción de 33,7% de personas con sobrepeso y 32,4% con obesidad. Asimismo, nuestro país encabeza el ranking de mayor obesidad infantil (9,9 %) de la región: el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) estima que uno de cada tres niños en edad escolar tiene sobrepeso u obesidad. En La Pampa los datos son por demás preocupantes, según el Programa Nacional de Salud Escolar, uno de cada tres niños presenta sobrepeso u obesidad.

El senador Juan Carlos Marino expresó su satisfacción en relación al avance del expediente, argumentando que “la alimentación de los argentinos es, desde ya, una cuestión de nutrición, desarrollo y salud integral».

«No sólo debemos garantizar a cada niño un plato de comida, cuestión que sigue siendo una deuda pendiente, sino que debemos hacer todo lo posible para que los alimentos y bebidas que consuma contribuyan positivamente a su salud y no, por el contrario, la afecten. Señalar de manera clara, visible y destacada a aquellos productos que contienen sustancias que por su elevada prevalencia puedan ser nocivos y derivar en enfermedades es un gran paso en ese sentido», remarcó.

Este no es un proyecto “en contra de”, no debemos caer en la falsa dicotomía de salud o economía. No se modifica la composición de los alimentos y bebidas, para nada, solo buscamos brindar información que nos permita tomar una decisión mejor formada como consumidores sobre qué ingerimos y qué les damos a nuestros hijos. Este es un valioso aporte a la salud de todos los argentinos en general y fundamentalmente de los niños.”