Con goles de «Wanchope» Ábila y Darío Benedetto, el «Xeneize» igualó 2 a 2 con Palmeiras, que marcó a través de Luan y Gustavo Gómez, de penal. El torneo más codiciado del continente tendrá una definición inédita.
Tras los dos goles emotivos que cosechó Darío Benedetto en la Bombonera, Boca llegó a Brasil con la misión de capitalizar la ventaja de local y sellar la clasificación a la final de la Copa Libertadores, donde espera River.
El esquema de 4-1-4-1 que dispuso Guillermo Barros Schelotto sirvió para imponer su presencia ante el Palmeiras. Con el antecedente que dejó el duelo con Cruzeiro, donde el Mellizo imaginó un encuentro en el que las claves estuvieron por las bandas, el técnico volvió a apostar por la velocidad de Villa y Pavón. Sin embargo el destino del espectáculo pudo haber sido otro si el VAR no hubiera intervenido.
A los 10 minutos Bruno Henrique despertó al público del Allianz Parque con un gol que dejó de rodillas al Xeneize. Sin embargo, una posición adelantada anterior anuló la conquista local.
La tranquilidad porteña llegó unos instantes después, cuando Sebastián Villa recuperó una pelota en campo opuesto, construyó una pared con Jara y desarticuló a la defensa rival para abastecer a Ramón Ábila. Wanchope, con la efectividad que lo caracteriza, tocó ante los esfuerzos de Weverton y festejó el 1 a 0. Para quedar afuera del torneo, el combinado boquense debía recibir 4 goles, algo insospechado por cómo se dio el cotejo.
En el complemento Boca demostró que tuvo uno de los mejores partidos del certamen. El intento de media distancia de Lucas Lima hizo lucir a Rossi, con una tapada que despertó el aplauso espontáneo en las tribunas. Hasta el arquero que había recibido innumerables críticas en el pasado tuvo una producción notable.
El grito de Luan sirvió para que el espectáculo adquiera una carga emotiva superior. Los constantes gritos de la parcialidad local contribuían a una gesta argentina más épica. Del mismo modo que lo hizo River en Porto Alegre, el Xeneize quería repetir la hazaña en San Pablo.
Una inentendible infracción de Izquierdoz a Dudú dentro del área aportó una cuota más de suspenso al espectáculo. El partido que estaba controlado por el Xeneize comenzaba a tomar un rumbo inesperado, ya que Gustavo Gómez intercambió la pena máxima por gol.
Al igual que en el Alberto J Armando, tuvo que aparecer Darío Bendetto para que el Xeneize deje de sufrir. El ídolo trascendental que encaminó la serie, confeccionó una réplica del segundo tanto que había convertido ante su gente para volver a doblegar a un arquero que se estiró de la misma manera que en Buenos Aires. Otro golazo del Pipa que selló la clasificación boquense.
El trofeo más codiciado del continente se dirimirá con una superfinal inédita. Xeneizes y Millonarios se enfrentarán en un mano a mano épico que cambiará la historia del fútbol argentino. Serán los días en los que se paralice el mundo detrás de una pelota. El que se quede con la corona, terminará con la polémica que cuestiona la grandeza entre ambos.
La Gran Fecha del Mega Super Clásico
Hay fechas estimativas pero no confirmadas para estos duelos: lo único concreto es que la ida será en la Bombonera y la revancha en el Monumental.
Los días tentativos que manejó la Conmebol desde el arranque de la competencia son el 7 de noviembre (para la ida en La Boca) y el 28 del mismo mes (para la vuelta en Núñez).
Pero surgió un hecho inesperado que puede hacer mover el calendario. Los líderes mundiales que participarán del G20 (foro internacional político) en Buenos Aires comenzarán a llegar el día 26 de noviembre. Y justamente a partir del 28, la seguridad no está disponible para movilizar a sus fuerzas para ningún evento deportivo en la ciudad. Esta medida se extenderá hasta el 2 de diciembre.
Desde el ente que rige al fútbol continental están firmes en la postura de que el duelo definitorio sea el miércoles 28, pero estas cuestiones de fuerza mayor podrían llevar a un retoque.