El reconocido extenista y profesor de tenis Mario Tomé fue homenajeado por la Federación Pampeana de Tenis al cumplir 66 años.
Veterinario de profesión, docente, tenista y profesor de tenis, Mario, quien hasta hace dos años vivió en la localidad de Parera, abocado a su labor de docente secundario y entrenador de tenis, fue reconocido por su extensa trayectoria.
Nació en Junín pero transitó muchos años de tenis en La Pampa, y como profesor formó a grandes jugadores de varias localidades de la provincia.
“Es un orgullo haber cumplido un montón de proyectos en mi provincia adoptiva”, asegura Mario, en el día que cumple 66 años.
En 1975 se instaló en General Pico para estudiar Veterinaria y para aquel entonces ya había competido en interclubes en primera para River Plate.
En su etapa universitaria comenzó a jugar para la Federación Pampeana de Tenis, mientras daba sus primeros pasos como profesor de tenis en el Club Independiente, que tenía una sola cancha.
A partir de 1977 y durante varios años fue el jugador número 1 de La Pampa y recibió el Caldén de Plata tres años consecutivos: 1979, 1980 y 1981, además de estar ternado dos veces más.
Su escuela de tenis comenzó a sumar cada vez más chicos y así fue como el club Independiente construyó más canchas.
“Fue una época de mucho crecimiento del tenis”, recuerda Mario, que tiene más de 40 años en el deporte.
Por aquellos años, Mario formó su familia y comenzó a trabajar de preceptor en un colegio, además de seguir con el tenis. Hasta que en 1987 algunas dificultades familiares lo llevaron de nuevo a Junín, donde trabajó en un frigorífico, en colegios, fue remisero y también dio clases de tenis.
El destino lo llevó por otros lugares y hasta estuvo fuera de Argentina. Finalmente, en el año 2000 Mario se dio una nueva oportunidad para terminar aquella carrera universitaria que había quedado incompleta.
Por aquel entonces ya tenía cuatro hijos. Volvió a General Pico, comenzó a trabajar en un molino y “el club Independiente como siempre me abrió las puertas para seguir trabajando”, recuerda.
“Comencé a entrenar a un gran jugador y surgió la oportunidad de abrir una escuela de tenis en Intendente Alvear, en el club Ferro. Fue una escuela muy grande, de donde salieron grandes jugadores”.
Por aquella época Mario estaba entrenando jugadores que competían con buenos resultados a nivel nacional, cuando debió sobreponerse a los golpes más duros de su vida, la muerte de su hijo mayor y después de su padre.
Finalmente, en el año 2006 se recibió de médico veterinario. Aún así, continuó como profesor de tenis dando clases en clubes de Ingeniero Luiggi, Realicó y Parera, de donde surgieron jugadores que lograron importantes resultados, como Martina Bernal, Agustina Rivetti y Manuel Suárez Vega.
“Pasaron por mí muchísima cantidad de jugadores que le han dado un muy buen nivel tenístico a toda la zona. Hoy muchos son grandes entrenadores de tenis o profesionales de otras disciplinas, pero forma parte de las muchas satisfacciones que me ha dado el tenis”, resume.
En enero de 2019 Mario sufrió un ACV que lo hizo volver a su Junín natal. Aún hoy tiene secuelas, pero su vida continúa y su tenis también.
“Actualmente doy clases en el Junín Golf Club y tengo una escuela para niños que tiene más de 90 alumnos. A esta altura, ya cumplí con todos los objetivos que me propuse en la vida”, concluye satisfecho.

Gentileza Federación Pampeana de Tenis