CONCIENCIA AMBIENTAL: Crisis climática en Argentina

El modelo de desarrollo actual provocó la crisis climática que atravesamos. La combustión de gas, petróleo y carbón tienen gran responsabilidad, pero también el sistema de producción de alimentos a gran escala. ¿Qué rol está cumpliendo la Argentina? No hay compromisos oficiales sobre la reducción de emisiones y no se menciona un cambio en el modelo agroindustrial.

La pandemia de Covid-19 está lejos de ser un tema del pasado. Al mismo tiempo, vivimos una crisis ambiental y también económica, llamada la crisis del capitalismo, porque la pandemia tiene parte de su impacto derivado de los altísimos porcentajes de la población que en muchos países padecen enfermedades crónicas no transmisibles. Entre estas enfermedades están la obesidad y la hipertensión, que, junto a la crisis económica y social, aumentaron la vulnerabilidad de millones de personas ante el coronavirus.


Mientras todo esto sucede y las brechas de desigualdad se vuelven insoportables, Argentina discutió y discute, al igual que otros países por dónde es la salida. Profundizar el camino por el que ya venimos, aplicando las recetas conocidas, o bien, como pedimos muchos y muchas, generar nuevas ideas, intentar otros caminos en la búsqueda del progreso o el tan mencionado desarrollo.

En las últimas semanas, se publicó un nuevo informe del panel científico de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que dice que todavía es posible evitar los peores daños del cambio climático, que afectara mucho más a las poblaciones vulnerables de todo el mundo. Entre esos peores daños están las olas de calor, sequías, inundaciones e incendios de mayor intensidad a lo que están experimentando muchas comunidades y territorios.

Este modelo de desarrollo implementado en las últimas décadas trajo progreso y oportunidades para millones de personas y eso es indudable. También es indudable que ese modelo deja todavía hoy a millones afuera y provocó profundos desequilibrios en el sistema que soporta al desarrollo social y económico, la naturaleza. Sin naturaleza estable y saludable, no hay desarrollo real posible para la mayoría de los países, ni salud, ni progreso para millones de personas.

Esa gran aceleración tiene entre sus protagonistas en la parte ambiental a la combustión de gas, petróleo y carbón a enormes escalas, también al sistema de producción de algunos alimentos a gran escala y a los cambios en los usos del suelo como la deforestación para ganadería o agricultura por monocultivos.

El presidente Alberto Fernández se comprometió verbalmente a que Argentina logre en 2050 emisiones cero netas, pero esto aún no es ley ni está plasmado en compromisos oficiales. El país de hecho está, al igual que muchas otros, elaborando en este momento su estrategia de largo plazo, de la cual no conoceremos sus principales lineamientos.

En el sitio del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca no hay información sobre planes en cambio climático, ni para su mitigación, ni para la adaptación de la producción a sus ya irreversibles impactos. Debería haber un plan sectorial actualizado, deberíamos conocer en qué etapa de implementación está y también, qué se está pensando hacer de cara al futuro de nuestro país.

Fuente:biodiversidadla.org
Por Robert Lizárraga