Con un oficialismo sin posibilidad de defensa y una Casa Rosada que casi ni se movió de su postura original, la oposición senatorial rechazó esta tarde el veto presidencial a la ley que impone giros automáticos de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires.
Sobraron los dos tercios de votos requeridos para la insistencia de la norma: 59 a favor, nueve en contra y tres abstenciones, y la definición queda ahora en manos de Diputados.
En concreto, lo que se incorpora a la norma 11.672 -es la ley permanente de Presupuesto- es un artículo para que los “recursos que correspondieren distribuir al régimen al Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las provincias” en “forma diaria y automática”, y todo lo que involucre a este ítem será “considerado a cualquier efecto” como integrante “de la masa de fondos coparticipable”. Es una montaña de plata a repartirse entre todos los distritos, con la provincia de Buenos Aires -que comanda Axel Kicillof– primera en la fila.
Desde el peronismo, los primeros en hacer uso de la palabra fueron el pampeano Pablo Bensusán y el catamarqueño Guillermo Andrada. “Este proyecto no altera el equilibrio fiscal, sino que pone los recursos donde corresponde, en las provincias. Ellas se hicieron cargo de la salud y de las obras de infraestructura que el gobierno nacional no hizo”, aseguró el primero. Y disparó: “¿Saben cuál es el remanente que viene acumulando el Gobierno Nacional de fondos de ATN no distribuidos? Un billón y medio de pesos“.

En tanto, Andrada apuntó a los “economistas que viven poco en Argentina” y apuntó a “tres características” para observar el plan económico del Ejecutivo. En esa línea, detalló: “Somos campeones mundiales de deuda y debemos dólares todos los años. En segundo término, las importaciones, con una balanza comercial que empieza a cambiar. Y en nuestro país no se ahorra en moneda nacional, se intentó sacar los dólares del colchón y, al final, le armaron un somier”.
Por el radicalismo, el bonaerense Maximiliano Abad manifestó: “Cuando se dejan crecer los problemas, cada vez es más difícil encontrar soluciones. Este Gobierno ha tenido tiempo de sobra para tomar decisiones acertadas, pero ha preferido evitar el diálogo y perpetuar los conflictos”. Y agregó: “No es lo mismo llegar al superávit por una gestión eficiente, que licuando partidas necesarias para garantizar calidad de vida. Ponerle candado a la billetera no es gestionar con eficiencia”.
El titular del interbloque kirchnerista, José Mayans, aprovechó el uso de la palabra para celebrar la reciente victoria en Buenos Aires. No sólo eso: enfatizó que la estratega principal fue la condenada ex presidenta que, sin ninguna duda, maneja las bancadas de la Cámara alta y Diputados a control remoto y sin chistar.
Mayans después denostó la ley de gastos 2026 enviada por el Gobierno. “El presidente está trabajando mal y mandó un presupuesto que ya está desactualizado, no sirve más. Todo lo que ahí dependa, se cayó”. Y advirtió: “No se pasen de rosca”.
El final estuvo a cargo del titular de La Libertad Avanza en el Senado, Ezequiel Atauche (Jujuy), quien indicó: “Desarmar esta herramienta que no sólo tiene el Ejecutivo, sino que sirve a provincias, tiene el riesgo de que cuando haya una emergencia, como sucedió este año, y que va a suceder dentro de poco porque ocurre cíclicamente, los fondos no van a estar. Entonces, ¿qué va a pasar? ¿Los gobernadores se van a juntar en un asado a armar una vaquita? No lo veo“.
“Se parece cada vez más a una cancha de fútbol. Yo los he escuchado. Mantengan el respeto, pero entiendo que les cuesta la educación, ser civilizados y gritan todo el día”, evaluó Atauche, y remató: “Hay un 10% más utilizado de los ATN de lo que se gastó de 2003 en adelante. Desde aquí para atrás funcionaba, y ahora se acordaron que existen esos fondos. Como vieron la oportunidad, atacaron”.
Detalle de la votación
Los 59 votos afirmativos vinieron del kirchnerismo, casi todo el radicalismo, una gran parte del Pro y los silvestres provinciales. En cambio, los nueve negativos fueron de los siete libertarios, y los macristas violáceos Carmen Álvarez Rivero y Luis Juez (Córdoba).
Fueron tres las abstenciones: los radicales mendocinos Mariana Juri y Rodolfo Suarez; y el titular del Pro en la Cámara alta, Alfredo De Ángeli (Entre Ríos). El único ausente fue el experimentado peronista disidente Juan Carlos Romero (Provincias Unidas-Salta).