Melina Casale es una joven oriunda de Embajador Martini que en medio de la pandemia junto a su esposo y su pequeña beba de 4 meses, decidieron regresar a la provincia a seguir construyendo su futuro.
Melina (34) se fue a vivir a Buenos Aires como tantos jóvenes de la provincia que terminan el secundario y buscan nuevos horizontes.
Inicialmente su objetivo era estudiar medicina. «Fui a Buenos Aires porque ahí estaba mi tío y además me gustaba la ciudad», relató.
«Arranqué el CBC en la UBA, el primer año fue muy difícil por la adaptación, ahí me di cuenta lo que era vivir lejos de mi familia y mis amigos, me costó lágrimas, bajé mucho de peso, pero de a poco me fui adaptando», contó
«A raíz de eso el CBC se prolongó mucho más de lo que yo había planeado, y para no perder tiempo decidí de manera paralela hacer la carrera de enfermería también en la UBA», explicó Melina.
«Tuve la posibilidad de trabajar en el Garrahan, en el hospital de Clínicas, en el Pirovano, y también conocer distintas realidades, conocer gente hermosa con los que hoy todavía sigo manteniendo una amistad», contó a Zonal Noticias la joven oriunda de Embajador Martini.
«El sistema público allá me hizo ver un montón de falencias que tiene Argentina, al menos Buenos Aires, y una situación puntual que viví me hizo replantear mucho la carrera que estaba eligiendo», señaló.
Melina contó que los caminos de la vida la llevaron al rubro automotor, «siempre digo que si hubiera sido varón hubiera sido mecánico, bueno aún lo puedo hacer».
La joven de Embajador Martini comenzó a trabajar en una concesionaria de autos que le permitió un gran crecimiento profesional a lo largo de diez años donde pudo concretar viajes, tener su casa propia y lo más importante: conocer a Juan (35) quien hoy es su esposo y padre de su hija.
«Trabajábamos juntos, el año pasado después de cuatro años de noviazgo, nos casamos y al mes aparece Josefina en nuestros planes», explicó Melina.
«A los cuatro meses comienza el rumor de una pandemia en el mundo, y era como muy lejano que nos pasara a nosotros, pero de a poco comenzó a hablarse que llegaban a la Argentina los primeros casos, hasta que en marzo escuchamos al presidente hablar de una cuarentena estricta y a todos se nos erizó la piel, porque yo ya estaba con un embarazo mucho más avanzado», expresó.
Parir en medio de la pandemia
«Yo estaba con fecha de parto para junio y ya sabía que ni mi mamá ni mi hermana me iban a poder acompañar en el parto, yo madre primeriza, mi marido Juan también primerizo, asique nos tocó parir en el medio de una pandemia con un montón de protocolos«, contó Melina.
«Josefina nació en el sanatorio Mater Dei de Recoleta, la verdad que una atención excelente, pero todo un mundo nuevo, fue aprender otros cudados y aprender a los golpes como padres, porque una cosa es hacerse la idea de ser padres y otra cosa es cuando te toca», comentó.
«Cuando Josefina tenía dos meses, empezamos a hablar de concretar nuestro sueño de irnos a vivir al interior, no sabíamos muy bien adonde, tampoco teníamos elegida una provincia, la idea siempre fue irnos de la Capital», explicó.
Melina contó que el trabajar de manera remota desde su casa, les dio tiempo a pensar un poco más «de lo que queríamos sobre nuestra familia y con nuestras vidas, tenemos una edad donde no somos tan chicos pero tampoco grandes como para hacer un cambio».
Una de las posibilidades era ir a Usuahia donde «mi marido tiene a su hermano, pero luego por un contacto, surgió la posibilidad de venir a la ciudad de Santa Rosa a trabajar a una concesionaria de autos que cambió de firma».
Melina explicó «empezamos a tener entrevistas on line, todo por videollamadas y una vez que todo se dio, dijimos se nos dio La Pampa, asique en el lapso de un mes avisamos en nuestro trabajo que nos íbamos, nos encargamos de conseguir nuestros reemplazos y capacitarlos».
«Una vez que teníamos todo listo, comenzó otra odisea que fue la del permiso a La Pampa, pero gracias a Dios se nos dio y pudimos ingresar«, relató la joven, entusiasmada con esta nueva vida nuevamente en La Pampa, cerca de su familia que reside en Embajador Martini.
Un nuevo comenzar
Melina explicó «hoy ya estamos en Santa Rosa, nuestra perspectiva a futuro es quedarnos acá, Capital Federal es una ciudad muy bulliciosa, todo queda lejos, la inseguridad es otro problema a pesar que a mí en lo personal nunca me paso nada».
«No nos arrepentimos de esta decisión, estamos disfrutando cada día acá en Santa Rosa, nos gusta la ciudad, nos gusta la gente, yo ya conocía, pero el que hizo el cambio más grande es mi marido porque él es porteño», relató la joven mamá.
«En lo personal estoy recuperando la siesta, el ruido de los pajaritos, el patio, poder salir a tomar mates, caminar tranquila, es otra vida, es otra calidad, es otro aire», concluyó Melina, una de las tantas jóvenes que eligieron el interior del país para seguir construyendo su futuro, en medio de este 2020 marcado por la pandemia.