“Miró, las huellas del olvido”, es el nuevo cortometraje documental de la cineasta piquense Franca González que cuenta con la participación del querido Ramón Campagno.
Se trata de un trabajo documental sobre Mariano Miró, el pueblo que comenzó a ser indagado por un grupo de alumnos de la escuela 85 en el año 2010.
En un pic nic realizado en un campo de la zona, comenzaron a observar que en el medio de la tierra removida por las máquinas, brillaban algunos objetos (restos de vidrios, lozas) que daban cuenta de un pasado, y una población que había habitado allí.
A partir de ese momento, los alumnos presentaron el proyecto en la Feria de Ciencias, a través del cual la Secretaría de Cultura provincial se enteró del caso y pidió la intervención de arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires.
Los profesionales encontraron bajo el suelo restos de un pueblo que albergó a 495 personas entre 1901 y 1911.
Ese lugar se llamó Mariano Miró y estaba ubicado a la vera de la Ruta Nacional 188, entre Hilario Lagos (Aguas Buenas) y Sarah, en la línea del Ferrocarril Oeste, en el departamento Chapaleufú.
Mientras los arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires avanzaban con la investigación arqueológica, la cineasta piquense Franca González comenzó a desarrollar su proyecto cinematográfico documental.
La cineasta viajó hasta Mariano Miró y en el norte de la provincia tuvo la posibilidad de hablar con varios lugareños que le aportaron información sobre este pueblo sepultado en el tiempo.
Entre los relatos, uno de los grandes aportes lo hizo el querido Ramón Campagno de Embajador Martini, hoy ya fallecido, pero que quedó inmortalizado en este proyecto documental, aportando información, recuerdos y fotografías del lugar donde vivieron sus padres.
El pueblo se fundó en 1901 con la estación del ferrocarril, y vivió durante 10 años. Fue un pueblo de alrededor de 500 habitantes, pero que contaba con todos los servicios.
En entrevistas a medios gráficos, la cineasta contó que las personas que vivieron en esas tierras, en su mayoría inmigrantes, eran arrendatarios. Alquilaban por tiempos de hasta 10 años, y una vez cumplido ese plazo tenían la posibilidad de comprar la tierra, cosa que en este caso no sucedió.
El dueño decidió seguirlas cultivando por sí mismo y obligó a todo el pueblo a irse entre 1911 y 1912. Al abandonar el lugar, esa gente destruyó sus casas, se llevó lo que pudo y tiró todo abajo. Hoy sólo queda la estación, como vestigio de un pueblo que desapareció.
Estreno
El cortometraje se estrenó recientemente en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici).
Fue declarado de interés por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) . Además fue recomendado por Página 12 como lo mejor del Bafici.
El estreno en La Pampa será en la apertura del Festival de Cine de Pico, el 1º de junio, mientras que el jueves 7 de junio es el estreno en salas y la idea es que también se estrene en Santa Rosa.