“En pandemia las localidades no se dejaron de monitorear nunca”.
En el Laboratorio de la Administración Provincial del Agua (APA) se llevan adelante análisis de agua para consumo y otras procedentes de perforaciones, reservorios, agua de redes, molinos y lagunas, entre otros. El Laboratorio de la Administración Provincial del Agua (APA) está ubicado en calle Hilario Lagos al 333 ubicado frente al Parque Oliver de Santa Rosa y cumple una función totalmente esencial: controlar la calidad de agua para consumo de pampeanas y pampeanos. Son 84 las localidades a las que se le realiza un seguimiento de los Servicios de Agua Potable a través de profesionales y técnicos que cuentan con una amplia experiencia en aguas.
Andrea Boeris, jefa del Laboraratorio detalló que “hacemos el control de calidad de aguas de consumo a 84 localidades y a su vez también realizamos análisis físico químicos y bacteriológico a la Secretaría de Recursos Hídricos, que llamamos cliente interno y además a terceros, es decir que se paga un arancel que está en la página de Rentas de la Provincia y se le hace un análisis de agua a toda persona que lo requiera».
En cuanto al muestreo que se desarrolla en los distintos puntos de la Provincia, Boeris explica que la “periodicidad que tiene es que en época no pandémica, tenemos las localidades agrupadas en zonas y la idea que por lo general se cumple es hacer cuatro recorridos al año por cada localidad. Lo ideal es realizar cuatro bacteriológicos al año, uno en cada época y a su vez se realizan dos físico-químicos al año”.
“En pandemia las localidades no se dejaron de monitorear nunca”
La irrupción del Covid-19, también alteró el funcionamiento normal del laboratorio, pero aun así en este difícil contexto “las localidades no se dejaron de monitorear nunca”.
“Sin pandemia tenemos alrededor de 6.000 bacteriológicos y 3.000 físico – químicos al año, con la pandemia, que se trabajó en burbujas con un personal acotado y en horario reducido, lo que se optó fue no dejar de controlar las localidades pero solo se controlaban los tanques elevados, no las perforaciones que abastecían al tanque. Entonces por ejemplo de tener 60 o 70 muestras físico-químicas u 80 o 90 bacteriológicas por semana, pasamos a tener unas 25 bacteriológicas y unas 15 físico-químicas y eso fue durante un año y medio, todo el 2020 y hasta mitad del 2021. En pandemia bajó muchísimo la cantidad por esto mismo, porque el personal no podía estar todo junto, las rutinas eran más reducidas y ni hablar si había algún aislamiento. Pero lo fundamental es que las localidades no se dejaron de monitorear nunca”, resalta Boeris.
Doble control
Desde el año 2005 se logró la Certificación de Capacidad otorgada por el COFILAB (Consejo Fiscalizador de Laboratorios) dependiente de la AQA, participando de ínter laboratorios que permiten calificar con una puntuación de aprobación destacada el Desempeño del Laboratorio.
“Actualmente trabajan nueve personas: dos administrativos y siete profesionales, tenemos repartidas las tareas en base a parámetros. Hacemos toda la parte del analito, tanto bacteriológicos como físico químicos, en bacteriológicos hay tres personas que son las encargadas, una titular y dos suplentes de reemplazo y fisicoquímicamente similar, cada persona se encarga de un analito y si falta hay un reemplazo. Después de que están todos los ensayos realizados pasan a la parte administrativa y allí se genera el informe resultado, lo controla una de las técnicas responsables y luego lo firmo como Dirección Técnica. Es un doble control”, enfatiza la responsable del laboratorio del APA.