Por Norberto G. Asquini
En veinte días tienen que estar conformados los frentes y en un mes las listas de las y los precandidatos para las próximas elecciones legislativas. Y se largan las campañas. ¿Qué hará cada coalición en la provincia? ¿Nacionalizar o provincializar el tono? ¿Vacuna o bolsillo?
Chocarán nuevamente, como en los últimos tres turnos electorales (2015, 2017 y 2019), las dos coaliciones: el Frente de Todos y Juntos por el Cambio (¿cambiará el nombre?). El PJ reeditará en La Pampa el frente del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner (sumando a los partidos nacionales: Frente Renovador, Encuentro y Humanismo); y la UCR, el PRO y demás partidos (MID, Mofepa, Fregen, etcétera) no tienen mucho margen para otra aventura (el sello nacional es lo que pide el votante opositor).
¿Cómo llega cada coalición? El PJ-Frente de Todos buscará seguramente provincializar su campaña. Dirigentes consultados hablan de sondeos que lo ubican bien por la gestión de la pandemia, ya sea sanitaria o económica, y evitar “el ruido” nacional de la grieta y la polarización. A nivel nacional todavía se discute, como analiza la periodista Gabriela Pepe, si alcanza con la marca (el FdT) y los valores del oficialismo; o deberá poner en juego sus figuras, dirigentes con peso propio, para ganar en los principales distritos. Hasta sumar la de CFK.
El Juntos por el Cambio pampeano intentará nacionalizarla, que la agenda nacional opositora baje a La Pampa ya sea en la crítica al manejo de las vacunas o los dardos contra el kirchnerismo. La campaña en los principales distritos ayudará seguramente a la local con su empuje, donde jugarán las principales figuras del armado opositor, si bien hoy están en plena virulencia interna.
¿Cómo influirá la pandemia en la campaña? Un artículo de La Política Online analizó que a nivel nacional un sector del gobierno analiza que con el tema pandemia no se va a ganar la elección y que la situación económica va a ser determinante para inclinar el voto. Agregan que las vacunas no suman respaldos y que no serán el factor determinante de la elección. Porque será una necesidad cubierta y un derecho adquirido. Y que el eje tiene que ser la esperanza de una mejora en la situación económica.
Se entrevistó en ese sentido al consultor Hugo Haime, voz de referencia para la dirigencia vernista. «Debajo de la vacuna hay un movimiento social de disconformidad con lo económico», dijo y explicó que «la vacuna es importante pero no va a ser lo definitivo».
«Con la vacuna, el núcleo duro del gobierno se afirma, agradece, pero hay un sector que votó al gobierno y que no es el núcleo duro, y que mira como problema a la economía», dijo Haime. Y cómo viene la situación, para noviembre no habrá solución a la vista en ese campo.
LPO indicó que en ese marco la oposición también se ve perjudicada si la gestión de las vacunas que viene cuestionando desde el año pasado deja de ser un tema, como parece que será. Más que nada por los problemas de Juntos por el Cambio para referirse a la otra cuestión como la inflación, el tema principal que afecta a la Rosada por fuera de la pandemia, porque tampoco supo manejarla. Cambiemos apuesta a beneficiarse de la bronca de la gente por la situación, que le quite votos al Gobierno, pero no por medio de una propuesta económica propia.
«La oposición no puede hablar de economía», sintetizó Haime, quien dijo que «por eso tienen la posibilidad de decir ‘llegaron tarde con la vacuna'». La oposición no puede hablar de economía por la herencia dejada, más allá de la situación actual.
En un mes, con las y los precandidatos lanzados, se conocerá cual será el eje discursivo de cada coalición. Vacuna o bolsillo no pueden faltar en la agenda.