El fiscal Oscar Alfredo Cazenave solicitó hoy 12 años de prisión para Yanina Alexandra Coronel por ser autora del delito de homicidio doblemente agravado, por el vínculo de pareja con la víctima y por el medio utilizado (veneno); en concurso ideal, en grado de tentativa y en perjuicio del policía Gabriel Gustavo Páez Albornoz.
A su vez, el querellante particular, Benjamín Eugenio Ortiz, en representación de la víctima, pidió 14 años y la defensora particular de la acusada, Camila Virginia Aimar, no requirió una cantidad de años, sino que “se fisure el piso de la escala penal” por la situación que viene soportando y porque su hijo no tiene otro centro de vida que no sea ella. Con ello planteó que la pena esté por debajo del mínimo legal, que el Código Penal prevé en 10 años para el citado delito.
Esos pronunciamientos se dieron hoy durante los alegatos en la audiencia de imposición de pena desarrollada en el Centro Judicial de Santa Rosa frente a los jueces de audiencia Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora y la jueza Alejandra Ongaro. El viernes 15 al mediodía se conocerá la sentencia.
Previamente a los alegatos de cierre, el Tribunal escuchó a 13 testigos, cinco del Ministerio Público Fiscal y la querella y ocho de la defensa; además de incorporar prueba documental que ya había sido ofrecida oportunamente por las partes.
El juicio oral contra Coronel se dividió en dos partes. En una primera, la Audiencia de Juicio resolvió su culpabilidad y ahora, tras la audiencia de cesura de hoy, dispondrá la pena efectiva que deberá cumplir.
Los hechos
Los jueces ya había dado por probado que el 5 de setiembre del 2021 Coronel intentó dar muerte a su entonces pareja Páez Albornoz, con el que convivió durante aproximadamente 14 años y de cuya unión tienen un hijo en común.
¿Qué dijo? Que “le suministró una sustancia venenosa (metomil, nombre comercial Methomex 90, del grupo químico de los carbamatos) que previamente había mezclado en un licuado de banana preparado por ella, en el domicilio que ese grupo familiar compartía” en Toay.
En el interlocutorio de culpabilidad los jueces agregaron que esa noche, encontrándose la víctima en el patio de la dependencia donde cumplía funciones (División Seguridad Rural UR-I), ubicada en el predio del autódromo provincial, “ingirió el líquido que su pareja le había entregado momentos antes, lo que le provocó inmediatamente su descompensación”.
“La gravedad de esa reacción –acotaron– fue lo suficientemente visible que llevó a que quienes se encontraban en ese momento junto con Páez Albornoz, no solo solicitaran la presencia de una ambulancia; sino que uno de sus compañeros se adelantó a la llegada del auxilio, subió a la víctima a su vehículo particular con mucho esfuerzo, dado el estado en que se encontraba ya que no podía erguirse”.
En esas “condiciones extremas”, el compañero trasladó a Páez Albornoz hasta el hospital de Toay, desde el cual luego fue trasladado, “atento a la gravedad de la situación”, al hospital Lucio Molas de Santa Rosa. Allí permaneció internado más de un mes en la Unidad de Terapia de Cuidados Intensivos, “en estado crítico y con riesgo de perder la vida en tres oportunidades”, concluyó la Audiencia de Juicio.