El exsecretario de Obras Públicas, José Francisco López, declaró ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli que los dólares que entregó al convento de Gral. Rodríguez pertenecían a la ex mandataria nacional.
Fabián Gutiérrez, exsecretario privado de Cristina Kirchner era el encargado de cambiar de lugar esos dólares. José López había recibido la instrucción de cambiar de lugar esos nueve millones de dólares de parte de Gutiérrez, quien lo llamó en nombre de Cristina.
Esa noche, el 13 de junio de 2016, López recibió los bolsos en su domicilio de la capital.
El exsecretario ya había declarado en el juicio oral y público que se realiza por los dólares lanzados al convento que el dinero no era suyo, sino «de la política», aunque se había negado a precisar ante ese tribunal el nombre de su dueño.
Ante Bonadio y Stornelli López declaró. El chofer de Baratta era Oscar Centeno, el escribidor de los cuadernos que reveló LA NACION. Algo extraño sucedió cuando López empezó a hablar ante Stornelli, el primero que lo interrogó, de Cristina, de Fabián Gutiérrez y de los bolsos con dólares y joyas. Su miedo era evidente. El ataque de pánico le provocó temblores en las manos.
Fue en ese momento cuando López pidió ser un imputado protegido por la Justicia y no volver más al penal de Ezeiza. La Justicia accedió.
López recibia las coimas, pero no era el beneficiario final. El receptor último era Néstor Kirchner y, luego, Cristina. La declaración de López tiene tal significación para Bonadio y Stornelli.
López también les contó al juez y al fiscal que, luego de la muerte de Néstor Kirchner, en 2010, el sistema de cobro de sobornos entró en un paréntesis. Nadie se animaba a hablarle a Cristina de esas cosas.
José López les contó a Bonadio y a Stornelli que Cristina lo llamó al despacho presidencial un día de mediados de 2011. Le mostró el cuaderno de Néstor Kirchner, una descripción tan obsesiva como la de Centeno del dinero, en el que detallaba quiénes eran los recaudadores, quiénes eran los que pagaban y dónde estaba esa plata.
Así quedó escrito y firmado por López en el acta de su declaración como arrepentido. El juez y el fiscal decidieron, de todos modos, corroborar la veracidad de la declaración de López.
El juez Bonadio procesará y ordenará la prisión preventiva de Cristina Kirchner, pero no le pedirá al Senado su desafuero inmediato. Esperará que la Cámara Federal ratifique sus decisiones para que la orden de arresto llegue al Senado con una doble sentencia judicial.