Fernández recibirá este lunes al Comité de Vacunación: «Entre enero y febrero queremos empezar a vacunar»

El Comité de Vacunación a cargo de la logística será recibido por Alberto Fernández el lunes. El objetivo es comenzar a coordinar el operativo de vacunación a nivel nacional.

«Queremos empezar a vacunar entre enero y febrero”, señaló Alberto Fernández. Ese anhelo, sin embargo, engloba una articulación de diversos actores y una coordinación sin precedentes.

En esta línea, un Comité de Vacunación será el encargado del diseño y la puesta en marcha del operativo para inmunizar a la población argentina contra el coronavirus. Será recibido por el Presidente el próximo lunes, que encabezará las tareas que realizará ese espacio. 

Participarán expertos y expertas de cuatro ministerios (Salud, Interior, Defensa y Seguridad) y, aproximadamente, 150 mil hombres y mujeres que desempeñan sus tareas en las fuerzas armadas y de seguridad, en articulación con las diferentes gobernaciones.

Una vez que las dosis de los diferentes laboratorios arriben al país, en el Comité se prevé el establecimiento de una Mesa de Seguimiento que será liderada por Ginés González García y seguirá el proceso paso a paso.

Una vacunación masiva no es tarea de todos los días. El objetivo, como el propio Alberto Fernández dejó en claro, es “empezar cuanto antes, entre fines de diciembre y los primeros días de enero» con la aplicación de las dosis. 

Hacia fin de diciembre se espera que la primera que llegue sea la Sputnik V –desarrollada por el Centro Gamaleya de Rusia– y luego será el turno, durante el primer trimestre de 2021, de la fórmula de AstraZeneca y el Laboratorio de Oxford. 

De la primera llegarán 25 millones de dosis y de la segunda, 22 millones. Si se le suma la de Pfizer, que ofreció un millón más, se llegaría a un total de 48 millones de dosis, algo así como 24 millones de vacunas aproximadamente (ya que todas prevén un esquema de una dosis y refuerzo). Vale destacar que, en el presente, todas las fórmulas siguen los ensayos en fase 3 con miles de voluntarios alrededor del mundo y requerirán de la aprobación del uso de emergencia por parte de los entes reguladores de los diferentes gobiernos para su distribución. En el caso de Argentina, la institución encargada de tal asunto es la Anmat.

“Mi idea es que Pfizer y Rusia rápidamente me den vacunas y empezar en enero y febrero (de 2021). La Argentina tiene capacidad de vacunación de 5 millones de personas por mes, con lo cual serían 10 millones en enero y febrero”, agregó el Presidente.

 La prioridad la tendrán “el personal de salud, de seguridad, los adultos mayores y las personas con enfermedades prevalentes”, dijo. De esta manera, esa cantidad indica que “el 23 por ciento de la población” ya estará vacunada con la Spuntnik V y la de Pfizer a principios del año próximo.

“Eso nos permitirá entrar a muy tranquilos a marzo” para minimizar los efectos de una posible segunda oleada de contagios, ya que al menos el “60 por ciento de las personas vulnerables en términos médicos” habría recibido la inoculación. “En marzo –agregó el mandatario– ya tendríamos 4 millones de dosis de la vacuna de Astrazeneca (y la Universidad de Oxford, que se producirá entre Argentina y México), y en ese mes ya estarían vacunados todos los que están en riesgo».

Al hacer los anuncios, Alberto Fernández volvió a destacar que uno de los “logros” de la política sanitaria durante la cuarentena fue “que no se sature el sistema sanitario” ante la demanda de pacientes, y respondió a las críticas que recibe desde la oposición. “Escucho a algunos ex ministros que dejaban vencer vacunas en la Aduana y me explican cómo había que hacer las cosas, y me asombra”, criticó.

Sus críticas fueron dirigidas a los funcionarios del gobierno de Juntos por el Cambio: “Fueron los que dejaron el sistema sanitario en situación calamitosa, los que no inauguraban hospitales hechos en 2015 para que la gente no sintiera que eran hospitales hechos por Cristina (Kirchner); fueron los que cerraron el Ministerio de Salud y ahora vienen a explicarme cómo se hacen las cosas. Es como el colmo”, sentenció.

Por su parte, el ministro Ginés González García destacó la importancia de «lograr una planificación para que llegue a la mayor cantidad de personas». “La idea es vacunar hasta el mes de julio del año venidero para disminuir la mortalidad», señaló y ratificó que «la vacuna será gratuita». «Dentro de nuestros planes está realizar la campaña de vacunación más grande en la historia y llegar a todos los sectores de la sociedad«, recalcó.

Cómo será la logística

Aunque desde el gobierno aún no brindaron detalles sobre cómo se diseñará el operativo, Daniela Hozbor, bioquímica e Investigadora Principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata, se anticipó a la situación y a partir de su conocimiento del área, comenta al respecto: “La logística será un tema muy pero muy complejo. Si bien no se inmunizará a toda la población en una primera instancia, ya se está barajando la posibilidad de inocular a una parte muy importante”.

Luego señaló: “Desde las autoridades sanitarias se manejan números que rondan las 12 millones de personas en un comienzo. El dato clave es que habrá que hacerlo en el tiempo más corto posible para reducir las consecuencias que tiene la covid si continúa avanzando”.

De acuerdo a la técnica empleada, cada variante necesita de una logística particular. Un eje crucial es la temperatura de la sustancia activa. “Todo plan de inmunización tiene una logística muy particular porque en el transcurso hay que mantener la calidad del insumo. Buena parte de las vacunas requieren, por lo menos, ser mantenidas entre 2 y 8 grados (como la de Moderna).

 La rusa, según ensayos en fase 2, tiene una mejor eficacia en ambientes congelados”, apunta. Y luego continúa: “Esa cadena de frío se volverá más difícil de satisfacer si llegásemos a contar con dosis de Pfizer porque en este caso el desafío será mayor. Según lo que se sabe hasta el momento, la propia compañía ha previsto este inconveniente y tratará de suministrar algunas partidas con un embalaje particular. De cualquier manera, estas vacunas deberán llegar a sitios de nuestro país en los que se pueda asegurar el frío, ya que de lo contrario será muy difícil”.

La elaborada por Pfizer, al estar basada en tecnología de ARN mensajero, las ampollas deberían almacenarse a 80 grados bajo cero y no todas las naciones del mundo cuentan con tantas heladeras para la ocasión. Desde aquí, Albert Bourla, el director ejecutivo de la corporación estadounidense, ha comunicado el diseño a escala de cajas con termómetros en su interior y sistemas de GPS, para monitorear el curso de la distribución y chequear que la temperatura de las dosis –durante todo el recorrido hasta llegar al lugar de destino– sea óptima.

La inmunización a escala obliga al trazado de una ruta de acciones y operaciones. Si bien constituye un factor decisivo, la situación no se soluciona con el arribo de las drogas, pues hay muchos aspectos que deben tenerse en cuenta. Un punto clave, por ejemplo, será capacitar a los vacunadores de diversas escuelas de enfermería distribuidas por el país. No se descarta, para ello, la convocatoria de médicos, farmacéuticos y especialistas retirados para contribuir en el procedimiento.

Desde aquí, sostiene Hozbor: “Ya contamos con un calendario de vacunación complejo y los recursos humanos son fundamentales. Desde las autoridades se han iniciado cursos de capacitación para los profesionales que pueden intervenir en esta campaña. Otro factor que no es menor es llevar a cabo el registro de los vacunados; de seguro, se necesitará de un sistema informatizado para manejar grandes volúmenes de datos”.

Además de los recursos humanos, la otra gran necesidad será la disponibilidad de insumos necesarios. Desde jeringas y algodones, hasta diversos elementos de higiene que pueden escasear en algunas regiones si se tiene en cuenta que la inoculación deberá penetrar todos los rincones de la nación. 

Los primeros que se inmunizarán con las dosis serán los profesionales de la salud, los adultos mayores a 60 años y aquellas personas que cuenten con patologías previas que los hagan más vulnerables frente al contagio por la covid, en un esquema riguroso dividido por turnos.

Más adelante, a medida que el Ejecutivo cierre acuerdos con otros laboratorios, las partidas venideras servirán para proteger al resto de la población.