Fue por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, en una votación menos ajustada que lo que se preveía. Fue clave el apoyo de 5 legisladores que no se habían expresado públicamente.
Rodeados por miles de manifestanes en vigilia afuera del Congreso, los senadores marcaron un hito en la historia: definieron que el aborto, hasta la semana 14, será legal en el país. El proyecto del poder Ejecutivo fue sancionado por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, en una sesión que se extendió por 12 horas y tuvo sorpresas hasta el final.
Si bien entrada la noche los 38 avales estaban garantizados, sobre el final la diferencia se amplió a nueve votos.
Hubo cuatro «celestes» ausentes. Dos de ellos estaban contemplados: el tucumano José Alperovich, en licencia acusado por violación, y Carlos Menem, internado hace dos semanas.
Pero tampoco estuvieron conectados a la hora de votar el puntano Adolfo Rodríguez Saá (Frente de Todos) y María Clara Vega (Juntos por el Cambio). A su vez, el jujeño oficialista Guillermo Snopek, que en 2018 también había votado en contra, esta vez se abstuvo.
Al igual que en 2018, el debate abrió aguas transversalmente. Por eso, hubo dos discursos de cierre por cada bloque: uno en representación de la postura a favor y otro en contra.
El jefe del Frente de Todos y «capitán» de los celestes, José Mayans, fue uno de los más duros: «Tienen derecho a que se les respete la vida. No tienen voz y es el Estado el responsable de hacerlo. Para el niño deseado todo. Para el no deseado, ni justicia. Es la pena de muerte. El Estado no se puede desentender y decir ‘hacé lo que quieras, si querés matalo, si querés no lo mates'», sentenció.
La sesión se desarrolló sin sobresaltos, a pesar del enojo de Silvia Elías de Pérez, que viajó desde Tucumán, se vistió completamente de celeste y convocó a judicializar la ley. Hubo respeto en los discursos, que no tuvieron exabruptos ni duros epítetos. Desde un palco también siguieron los discursos la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; la viceministra de Salud, Carla Vizzotti; la asesora presidencial Dora Barrancos; la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, que fue la redactora del proyecto del Gobierno consensuado con senadores y diputados, y Malena Galmarini, presidenta de AySA. Hubo también varias diputadas impulsoras de la ley, todas con algo verde o vestidas de ese color.
En su mayoría fueron discursos emotivos, como el de la peronista Silvina García Larraburu, que en 2018 votó en contra y esta vez a favor. O el de la bonaerense Gladys González (PRO), que se describió como profundamente católica y recordó que perdió un embarazo dos días después de haber votado a favor del aborto.
Para evitar hacer cambios en la redacción y que la norma vuelva a Diputados, el Ejecutivo puso a disposición la negociación de la reglamentación de la ley.
En el arranque de la sesión, la presidenta de la comisión de la Banca de la Mujer, Norma Durango, blanqueó los retoques acordados si la ley se sanciona esta madrugada. Entre ellos, el veto de la palabra “integral” en dos artículos.
“Dadas las inquietudes generadas hemos promovido en consulta con el Poder Ejecutivo nacional que al momento de la promulgación se observe parcialmente el proyecto a fin de dar claridad al objetivo de la propuesta: mantener las causales de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) vigentes de 1921 para que sigan como hasta hoy y para ello vetar parcialmente la palabra ‘integral’ del inciso 2 del artículo 86 y el inciso b del artículo 4. Es un compromiso que asumimos«, confirmó Durango.
Los celestes estaban dispuestos a dar pelea hasta el final, con ayuda de la iglesia que desplegó todos sus recursos, pero se mostraban visiblemente golpeados por las gestiones del gobierno de Alberto Fernández para evitar que la norma –promesa de su campaña- fracase y también por las ausencias de dos celestes clave: José Alperovich – en licencia por una acusación de violación en su contra- y Carlos Menem, internado hace dos semanas.
Una muestra de eso fue la breve conferencia de prensa que dio antes de arrancar la sesión la radical Silvia Elías de Pérez, de Juntos por el Cambio, quien acusó al Presidente de presionar «como nunca se vio en el Senado» a los legisladores y adelantó que si el proyecto se aprobaba, van a recurrir a tribunales.
“Es inconstitucional, por lo tanto si hoy este proyecto se transforma en ley será un juez de la Nación el que termine resolviendo”, aseguró.
En la previa el propio Papa Francisco emitió un sugetivo tuit: «El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios», planteó.