«Yo espero cerrar este acuerdo y ponerlo operativo el lunes, si no, aplicaremos las leyes. Quiero evitar eso», afirmó el Secretario de Comercio, Roberto Feletti, quien indicó que de haber una contraoferta «nosotros la vamos a evaluar y el lunes nos sentaremos a cerrar el acuerdo».
El Gobierno aspira a sellar a más tardar el lunes un acuerdo con productores y comercializadores de alimentos para mantener los precios estables hasta el 7 de enero próximo, sin descartar la posibilidad de aplicar leyes vigentes para impedir nuevas subas y garantizar el normal abastecimiento de productos de la canasta básica en caso de no llegar a un consenso.
En su primera actividad al frente de la Secretaría de Comercio, Roberto Feletti recibió el último miércoles a representantes de empresas de alimentos y de los supermercados para comunicarles la decisión del gobierno de mantener congelados hasta enero los precios de alimentos vigentes al 1 de octubre, para lo cual debe consensuarse un listado de artículos.
En declaraciones radiales, el reemplazante de Paula Español advirtió ayer que de no haber acuerdo de acá al lunes próximo se avanzará con la aplicación de «políticas de precios máximos no consensuadas».
«Yo espero cerrar este acuerdo y ponerlo operativo el lunes, si no, aplicaremos las leyes. Quiero evitar eso», afirmó Feletti, quien indicó que de haber una contraoferta «nosotros la vamos a evaluar y el lunes nos sentaremos a cerrar el acuerdo».
De no mediar un acuerdo, Feletti anticipó que se aplicará la ley de Abastecimiento y la Secretaría tendrá que avanzar con «políticas de precios máximos no consensuadas».
«Evidentemente si no se llega a un acuerdo vamos a tener que aplicar las leyes, que yo trataba de impedir porque yo creo en los acuerdos sociales», señaló el secretario, quién detalló que las mayores resistencias se perciben en los productores, más que en los comercializadores.
Tras el descenso registrado en agosto, la inflación volvió a repuntar en septiembre con una suba del 3,5% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), lo que motorizó la necesidad de poner un freno a la suba en alimentos, que tiene un fuerte impacto en los sectores de ingresos medios y bajos de la población.
Feletti manifestó que el intento de ordenar una política de precios «genera malestares», tras lo cual añadió: «si hay malestar en los empresarios, más lo hay en el pueblo».
Asimismo, el secretario de Comercio Interior anticipó la intención de avanzar con acuerdos en otros productos: «Queremos evitar frustraciones por una escalada de precios en lo inmediato en los alimentos, después vamos a avanzar en otros sectores», señaló.
Según Feletti, el desafío más inmediato es «garantizar el abastecimiento y los precios para un buen nivel de consumo en este último trimestre».
«Yo he hablado con los empresarios del sector, tanto los comercializadores como los productores, y les plantee que ganen por cantidades y no por precios. No se les está pidiendo que pierdan plata, sino que baje el peso de la canasta alimentaria en los salarios», dijo el titular de la Secretaría de Comercio Interior.
«Yo lo que quiero impedir es que alguien en los próximos meses, sobre todo en los períodos cercanos a las fiestas, tenga que dejar un producto en la góndola o en la caja porque no puede pagarlo, en un momento en que Argentina necesita alegría», afirmó.
Por consiguiente se espera un lunes intenso en reuniones para acercar las posiciones entre el gobierno y los productores y comercializadores de alimentos, pues es recurrente la posición contraria de muchos representantes del sector a cualquier iniciativa que implique un monitoreo en los precios.
La ley de Abastecimiento vigente en la Argentina fue sancionada el 20 de junio de 1974, en un momento en que se registraban faltantes de mercaderías por la actitud especulativa de los fabricantes y productores de alimentos.
El Gobierno aspira a sellar a más tardar el lunes un acuerdo con productores y comercializadores de alimentos para mantener los precios estables hasta el 7 de enero.
Voces a favor y en contra
El anuncio de Feletti recibió el apoyo inmediato de entidades de almaceneros y del ejecutivo de la firma Marolio, Juan Fera, quien adelantó que la empresa iba a acompañar la iniciativa gubernamental.
En cambio, para el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman, los congelamientos de precios «son aspirinas que funcionan un ratito, calman el dolor pero la enfermedad sigue, es un deja vú de seguir haciendo lo mismo».
Sobre las medidas para contener los precios que lleva adelante el Gobierno, Grirnman manifestó: «no es autoritarismo, se dialoga mucho con este Gobierno; el Gobierno de (Mauricio) Macri nunca recibió a la Cámara de Comercio, en cambio con el presidente Fernández y los ministros nos reunimos un montón de veces».
En tanto, desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA) emitieron un comunicado sobre el congelamiento en el que señalaron; «Asumimos el compromiso de notificar a las autoridades sobre incumplimientos en materia de precios, condiciones generales o abastecimiento».
Agregaron que esto requiere «respuesta oportuna de su parte para seguir acompañando las medidas, a fin de deslindar responsabilidades, puesto que el sector no es el formador de los precios».
Por su parte, el candidato a diputado Daniel Arroyo sostuvo que «el gran tema que existe hoy es el precio de los alimentos», y consideró que «se debe ir a un esquema de 400 pequeños mercados centrales».
«Hay que hacer que el productor acceda directo al consumidor», dijo.
Arroyo sostuvo que «las medidas que está tomando Feletti van en la dirección correcta», y que «hay que terminar de poner en marcha la Ley de Góndolas», al tiempo que remarcó que «en Argentina comer debería ser barato porque nosotros producimos alimentos».