El exvicepresidente Amado Boudou podría convertirse esta semana en el más alto funcionario del kirchnerismo condenado por corrupción.
El jueves se dictará sentencia en la causa en que está acusado de quedarse con el 70 por ciento de las acciones de la imprenta Ciccone, que imprime papel moneda. Podría ser condenado a una pena máxima de 6 años de prisión. Además, el Gobierno pretende que quede preso en los mismos estrados de tribunales, apenas se lea el veredicto.
Los jueces Pablo Bertuzzi, Gabriela López Iñiguez y Néstor Costabel aún no decidieron el veredicto ni tampoco qué criterio adoptarán si lo condenan. La jurisprudencia habitual es que nadie vaya preso hasta que el fallo quede firme, es decir hasta que lo confirme la Cámara de Casación. Pero si los jueces entienden que hay riesgo de fuga u otros peligros procesales podrían encarcelar a Boudou.
«Lo que corresponde es que si es condenado, quede detenido. Ese es nuestro criterio», dijo a LA NACION un ministro del gabinete de Macri. «Esperamos el máximo rigor del tribunal en un caso de corrupción. Si lo condenan, entendemos que se dan ciertos presupuestos para detenerlo», dijo una fuente de la UIF.
Los acusados por Ciccone son Boudou, su socio y amigo José María Núñez Carmona, Alejandro Vandenbroele; considerados testaferros de Boudou para quedarse con la imprenta; Rafael Resnick Brenner, exjefe de asesores de la AFIP, Nicolás Ciccone, exdueño de la empresa y Guido Forcieri, asesor de Boudou.
La fiscalía pidió penas de 5 años y 6 meses de prisión, inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos, inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena y una multa de $90.000 pesos para Boudou.
Vandenbroele confesó en el juicio y declaró como arrepentido ante el juez Ariel Lijo, afirmó que los financistas de Ciccone eran el banquero Jorge Brito y Raúl Moneta y que Boudou estaba detrás de la maniobra. La confesión de Ciccone le valerá, según todos especulan, que no vaya preso y una sentencia leve.
La estrategia de la defensa es que haya una condena lo más baja posible y con los mayores elementos para apelar ante Casación, de modo que se demore en el tiempo el cumplimiento efectivo de la pena.
El juicio se reanudará el martes a las 9.30 cuando todos los acusados dirán sus últimas palabras antes del veredicto, excepto Vandenbroele que lo hará el jueves a las 9.30. A las 12 .30 se leerá el veredicto y se sellará la suerte de Boudou.