Con una pancarta que rezaba «Sr. Juez disculpe las molestias, pero nos están matando», decenas de vecinos, agrupaciones feministas, el gremio UTELPa, entre otros referentes, acompañaron a la docente Romina Regis, quien días atrás hizo un pedido desesperado en los medios porque su agresor recuperaría en estos días la libertad.
En diálogo con los periodistas allí presentes, la docente declaró que “él me la juró, que cuando salía me mataba… Ahora voy a estar cuidada por 90 días”.
Ayer desde el Poder Judicial se informó que el condenado tendrá una restricción de acercamiento de 200 metros, se prohibirá cualquier tipo de comunicación con Romina por 90 días, tendrá prohibido comprar armas y se impondrá la custodia policial las 24 horas de la víctima, además, se le entregará el botón antipánico.
Respecto a la marcha que se realizó en Caleufú, la docente sostuvo que “fue necesario para que nos escuchen las personas que nos tiene que cuidar. Es muy difícil salir de una persona violenta”.
Romina comentó que “este infierno duró bajo el mismo techo siete u ocho años. Después me separé logrando que esté detenido 23 días».
Explicó que las condenas fueron muy cortas hasta ahora que es la más larga. Él siempre rompió las restricciones de acercamiento, las amenazas por teléfono estuvieron siempre y hasta cayó con una carabina a la casa de mi abuelo”.
“Se llega a un juicio abreviado porque el arma no apareció. Él sabe donde está el arma o quien la tiene, eso me da miedo,” expresó.
Finalmente, Romina agradeció “a cada una de las personas que me acompañan, a mis colegas, a mis amigas y a cada una de las organizaciones que están presentes hoy en la marcha”.