El presidente Milei asumió la dura derrota en las elecciones bonaerenses pero ratificó el rumbo

En la previa, La Libertad Avanza, aliada al PRO, esperaba unas elecciones mucho más ajustadas en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el Gobierno nacional perdió en seis de las ocho secciones electorales bonaerenses, entre ellas, las dos más importantes en términos de volumen de electorado: la Primera y la Tercera.

En una jornada amarga para la Casa Rosada, el frente de Fuerza Patria, que nuclea a los sectores de Axel Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa, le sacó una ventaja de 13 puntos a La Libertada Avanza (LLA) en el principal bastión de PJ.

De esta manera, Fuerza Patria le sacó una diferencia de más de 13 puntos y volvió a pintar el mapa provincial de celeste.


El gobierno de Javier Milei sufrió hoy una contundente derrota frente al peronismo en las elecciones legislativas  de la provincia de Buenos Aires, donde se concentra más del 37% del padrón del país.

En una jornada amarga para la Casa Rosada, el frente de Fuerza Patria, que nuclea a los sectores de Axel Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa, le sacó una ventaja de 13 puntos a La Libertada Avanza (LLA) en el principal bastión de PJ.

El oficialismo provincial se impuso con holgura con el 46,93% de los votos, seguido por LLA, con el 33,83%; Somos, 5,41%; y la izquierda, 4,37%. Más relegados quedaron Potencia, con 1,41 %, y Unión Libertad, con 1,34%.

El PJ ganó en la primera y la tercera sección electoral, las zonas más influyentes y pobladas de la provincia. También venció en la cuarta, la séptima, la segunda y la octava. En el reparto de bancas, Fuerza Patria también obtuvo una amplia diferencia sobre el sello de Milei: se quedó con 34 escaños de diputados y senadores. Dado que renovaba 29 puestos, sumó cinco representantes. Entre tanto, LLA se llevó 26 bancas.

“Hemos tenido un claro revés y hay que aceptarlo”, se lamentó Milei al subir al escenario en el búnker de Gonnet. Escoltado por Santiago Caputo, su hermana Karina y algunos de sus ministros, minimizó el golpe y atribuyó la dura caída a la incidencia del “aparato” peronista, pero prometió una autocrítica.

Más allá de que reconoció la debacle en Buenos Aires, habló de profundizar el modelo y dijo que no negociará el rumbo de su gestión. Defendió el equilibrio fiscal y afirmó que redoblará la apuesta. “No retrocederemos ni un milímetro”, enfatizó en el cierre de su discurso.

Las caras largas de los altos mandos del Ejecutivo reflejaba la magnitud de la bofetada que recibió LLA.

Euforia en el PJ bonaerense

En cambio, frente al Teatro argentino de La Plata, donde se armó el búnker de Fuerza Patria, los peronistas estaban eufóricos. Kicillof se paró detrás del atril cuando faltaban pocos minutos para las 23.

“Van a tener que rectificar el rumbo. Las urnas le dijeron a Milei que no se puede frenar la obra pública, que no se le puede pegar a los jubilados y, con trece puntos de diferencia, le explicaron que no se puede abandonar a las personas con discapacidad”, resaltó el gobernador, quien le agradeció  a Cristina Fernández -insistió en que está “injustamente condenada”- y a Sergio Massa, pero evitó nombrar a Máximo Kirchner, el jefe de La Cámpora.