La joven pampeana estudia la Licenciatura de Acompañante Terapéutico en la UNS, pero ya sabe que -al menos- hasta el 31 de marzo, no cursara el último tramo de su carrera. “El domingo estábamos en la UNS preparando cosas (donadas) que iba a llevar un camión a General Cerri e Ingeniero White, donde está todo muy heavy porque el agua no baja, y fuimos evacuados por temor a escapes de oxigeno tóxico” del subsuelo del edifico, narró.
“Es desgarrador ver la ciudad destruida, es increíble quedó todo roto”, relató ayer la castense Daniela Sepúlveda, quien actualmente se encuentra trabajando en los centros de donaciones de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y colabora en el Club Liniers y el Hospital José Penna de Bahía Blanca.
La entrevistada hizo hincapié en las secuelas “psicológicas” que actualmente sufren los habitantes de la ciudad portuaria bonaerense. “El tema de esta tragedia no lo tocamos con nadie porque todavía no estamos bien psicológicamente para tratar el tema, porque todavía estamos muy afectados (psicológicamente) por todo que atravesamos”, expresó en una comunicación telefónica con los colegas de Radio DON 101.5 Mhz.
Relató que actualmente las postales de la ciudad son las “ambulancias que circulan constantemente, los bomberos que están trabajando a full y mucha gente trabajando en los centros de ayuda y otros en la limpieza de la ciudad”.
También destacó la solidaridad, porque “se están recibiendo muchas donaciones” de todo el país. “Nosotros trabajamos todo lo que podemos y hasta donde nos da la luz, para poder ayudar a la gente en este momento”, expresó. “Nosotros no estamos bien, pero estamos vivimos y tratando de ayudar a las personas que lo necesitan”, agregó.
“Estoy muy triste”
Daniela Sepúlveda se quebró en algunos tramos de la entrevista, y el llanto la pudo. “No estoy bien, estoy muy triste, tengo amigos y conocidos que perdieron todo, absolutamente todo”, trasmitió.
Recordó que el jueves a la noche, cuando salió de trabajar, se encontró con una amiga en el Paseo de las Esculturas. Iban a tomar mates y comer algo, cuando recibió un mensaje de su padre, donde la alertó que “tenga cuidado” porque “el cielo estaba feo” y el Servicio Meteorológico Nacional había emitido “alerta naranja” por”abundantes lluvias. Llegué a mi casa empapada”, narró.
La castense vive en el Barrio Pacifico, en cercanías del puente que se derrumbó. Pero, en su casa no tuvo inconvenientes porque “está en una subida”. Recordó que “a las 4 horas empezaron las inundaciones en varios sectores de la ciudad. Yo me desperté a las 7 horas, porque caía un poco de agua por el techo, donde tengo el televisor. Y salí afuera y me encontré con las casas de los vecinos que estaban inundados y después… todo lo que se sabe”, señaló. “La gente -continuó- estaba arriba de los techos porque el agua alcanzaba 1,80 metros en el interior de la vivienda”.
Encima, su madre viajó -esa misma jornada- desde Eduardo Castex para visitarla, pero no pudo llegar a Bahía Blanca. “Ellos quedaron varados, no pudieron llegar. Y no teníamos señal, ni carga en los teléfonos para poder comunicarnos, para saber cómo se encontraban, fue todo muy feo”, expresó.
“Hoy cuando ves el cielo un poco raro, ya empezar a sufrir. Porque no sabes qué va a pasar. En los últimos años, no zafamos ninguna, si no es el viento que te vuela todo, se viene el granizo que te rompe todo”, relató, recordando la tragedia donde fallecieron varias personas -tiempo atrás- por las consecuencias de un tornado.
«Mucha gente la está pasando mal»
-No estoy bien, estoy muy triste. Te acostás y estás abrigada, pero pensás que hay mucha gente en la calle que la está pasando muy mal y así no podés dormir tranquila. Tengo amigas que perdieron todo, no les quedó nada. Es más, ahora voy a la casa de una amiga para empezar a sacar el barro. Y después iré a la UNS, y también asistiré al Club Liniers y el Hospital Penna, porque están necesitando gente que colabore.
-Y si bien es importante la solidaridad, ¿cuáles son las principales necesidades que tienen en Bahía Blanca?
-Lo que más se necesitan son artículos de limpieza, colchones, sábanas y abrigos. Pero, también alimentos no perecederos. Todo viene bien en estos momentos.