Por Norberto Asquini
El faltazo del gobernador Sergio Ziliotto al acto en el que la ex presidenta Cristina Fernández asumió como titular del PJ nacional no fue solo por cuestiones de agenda. Que el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el resto de los mandatarios provinciales peronistas tampoco hayan estado, hizo que la decisión de Ziliotto resaltara aún más.
Los gobernadores tomaron la decisión de no asistir al evento y enviar un mensaje político, tras la tensión que se generó en el proceso de elección de autoridades y la interna con Kicillof, que se vio expuesta el lunes en el acto de cúpula del peronismo bonaerense en Moreno, analiza la periodista Gabriela Pepe.
“No es el momento para esto”, “No suma a La Pampa”, “Hay que concentrarse en la gestión cuando nos tiran de todos lados”, “Trae más problemas internos que beneficios”. Esas son algunas de las opiniones de dirigentes del peronismo pampeano consultados sobre los porqué del faltazo. Y del distanciamiento del grueso del peronismo provincial de lo que está ocurriendo a nivel nacional con el partido. La presencia de CFK, y la interna con Kicillof, da más problemas que beneficios en el inventario del PJ provincial.
Se coincide que Cristina Fernández sigue siendo la figura central (para bien y para mal) del peronismo nacional: puede ordenar hacia adentro, pero también crea tensiones innecesarias y posterga la renovación interna.
La decisión de Ziliotto de no acompañar, y de otros dirigentes del peronismo pampeano, ya se habían manifestado al momento de presentarse las dos listas en la interna que no se dio. La neutralidad fue la bandera para no integrar bandos ni respaldar candidaturas. Solamente La Cámpora se enroló, viviendo en su propio mundo Disney.
Preservar el peronismo pampeano, acosado por la gestión mileista e inquieto por los debates internos propios, parece ser la estrategia del gobernador frente al ruido externo. Y que otros comparten. Aunque no lo dicen abiertamente, hay críticas hacia lo que representa Cristina Fernández. Porque hoy por hoy es la voz principal de la oposición a Milei, pero para muchos es también una figura que deja pegado al peronismo con el pasado y la derrota.
La estrategia, como siempre, es alambrar La Pampa. Primero, sostener los equilibrios internos por sobre cualquier diferencia foránea. Pero además Ziliotto le suma que quiere preservar la relación con los demás gobernadores y con Kicillof, un aliado frente a Milei y blanco permanente de La Cámpora que juega su propia interna de espaldas al futuro del peronismo.
Para colmo, al peronismo nacional le falta todavía reconciliarse con una sociedad que se cansó de sus desmanejos y empezar a pensar en una política de desarrollo alternativa, y viable, al liberalismo cruel y descarnado.
No queda otra, como indica el manual peronístico, de desensillar hasta que aclare. O al menos no quemarse con alineamientos políticos que hoy no suman.