CONCIENCIA AMBIENTAL- “Energías renovables, la necesidad de generar un planeta más habitable”

Irrebatibles diagnósticos alarmantes sobre una crisis energética a escala global suelen copar los análisis económicos de tendencias más disímiles. Como ocurre en otras áreas cuando de economía se trata, en la mayoría de los casos lo que se relega son datos contextuales sobre las desigualdades en materia de acceso y distribución.

Si bien las voces de alerta suelen esconder intereses de nuevos negocios en materia de generación y desarrollo energético, el consumo de hidrocarburos y su propia condición de fuentes no renovables son aspectos para no evitar, prueba de ello es que más del 80 por ciento de las necesidades energéticas del mundo se cubren con este tipo de recursos.

Para hacer frente a esta problemática es que desde hace décadas científicos y aficionados vienen desarrollando distintos proyectos para la generación de energías renovables. De modo aislado y con escasa difusión existe un prolífico recorrido en la investigación y fabricación de cocinas económicas, calefones y paneles solares, como también sistemas de bombeo o aerogeneradores.


Es por esto que productores, técnicos y funcionarios de instituciones gubernamentales y no gubernamentales de distintos países sudamericanos se reunieron para poner en discusión, por un lado, el actual modelo de desarrollo, altamente consumidor de energías no renovables, y por otro, la búsqueda de fuentes de energías renovables, principalmente en el ámbito rural que puedan ser producidas y controladas por las mismas comunidades.


La falta de recursos económicos, difusión, políticas públicas de fomento, investigación, seguimiento y desarrollo fueron señalados entre las conclusiones como algunas de las principales problemáticas en torno a la generación de energías renovables en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

A esas demandas también se sumó la crítica ante la carencia de políticas energéticas integrales en el marco de un proyecto nacional y regional. En paralelo se pidió la reglamentación de la Ley de energías renovables y la instrumentación de incentivos que alienten su generación y consumo.

Como en otros aspectos de la economía, el derroche de algunos determina la carencia de otros. El consumo energético es uno de los ejemplos más claros en este sentido y si bien todas las alternativas de producción limpia son válidas, no hay sol ni viento que puedan subsanar esas desigualdades.

El impulso de las energías renovables no debe estar dado por la amenaza del fin de la era de los combustibles fósiles, sino por la necesidad de generar un planeta más habitable.

Por Robert Lizarraga.
Fuente: biodiversidad en Latinoamérica.