Mauricio Macri viajó a Nueva York otra vez en el epicentro de las finanzas mundiales acompañado por una realidad antagónica. La Argentina está en crisis; su agenda de reformas, trastocada, y la posibilidad de transcurrir otros cuatro años en la Casa Rosada está en duda.
Con ese trasfondo, y recostado en la calma financiera de los últimos días y el nuevo acuerdo con el FMI, cuyo anuncio es inminente, Macri buscará ahora recuperar la confianza perdida de inversores frustrados y desilusionados.
En Nueva York, Macri tendrá una agenda política y una económica. En su comitiva estarán, entre otros funcionarios, el canciller, Jorge Faurie, y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
El motivo de su viaje es el discurso ante la Organización de las Naciones Unidas, en la apertura del debate general de un nuevo período de sesiones de la Asamblea General. Pero ese motivo opera, en rigor, como una excusa para reunirse con ejecutivos, inversores y analistas de Wall Street, «el mercado», que este año le soltó la mano al gradualismo.
Macri será bombardeado a preguntas, y se enfrentará al desafío de despejar las dudas, económicas y políticas, cimentadas por el derrape que despuntó a fines de abril.
La agenda del mandatario nacional comenzará el lunes. Macri brindará entrevistas a medios internacionales, y tendrá encuentros con inversores. Por la tarde, Macri pasará por el tradicional cóctel que ofrece, antes del inicio de la agenda en Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, clave para el visto bueno del board del Fondo al acuerdo.
Luego, a la noche, será galardonado con el premio Global Citizen en una cena del Atlantic Council, junto con la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, y el CEO de Chobani, Hamdi Ulukaya. No está descartado un encuentro con la directora Gerente del Fondo, Christine Lagarde.
Esta vez, Macri no traerá a sus charlas con inversores un rotundo triunfo político y una economía sana, como en noviembre del año último, cuando pisó la ciudad por última vez. Pero podrá mostrar, al menos, el respiro financiero que los mercados le dieron a la Argentina en los últimos días, en los que bajó el dólar y el riesgo país, y subieron las acciones argentinas en el Merval y en Wall Street, y repuntaron las cotizaciones de los bonos.
El Gobierno espera que el nuevo acuerdo con el Fondo afirme esa tendencia, y permita comenzar a sacar a la economía del pozo en el que cayó.
El grueso de la agenda política del presidente ocurrirá el martes. Macri participará del tradicional almuerzo de bienvenida que brinda el secretario General de la ONU, Antonio Guterres, participará de una reunión con los mandatarios y cancilleres del Mercosur, y hablará ante la Asamblea General de la ONU. Macri retornará a la Argentina esa misma noche, quizá, ya, con el nuevo paraguas del Fondo en la valija.
Fuente: La Nación.
