Un vecino de Rancul fue estafado en casi 200.000 pesos con la construcción de una casa prefabricada que sólo quedó en promesas. La empresa de Córdoba «Terruño: viviendas industrializadas», hasta ahora no le dio respuestas.
Ricardo Orueta contó a El Diario la mala experiencia que le toca atravesar junto a su esposa, Natalia Frencia, después de que una firma cordobesa les vendió una casa prefabricada que nunca les fue entregada. La empresa tampoco devolvió el dinero.
El damnificado reveló que adquirió a mediados de 2016 una vivienda “industrializada” a una firma de la ciudad de Córdoba, la cual le hizo gastar casi 200.000 pesos y se comprometió a hacer la entrega en diciembre de ese año, pero aún hoy siguen esperando con nada más que una plataforma de cemento en su terreno.
El vecino norteño relató que después de ver una oferta en Facebook por parte de la empresa “Terruño, viviendas industrializadas”, decidió viajar para concretar la adquisición de un inmueble.
“Los fui a ver, los visité, los conocí. A la hora de los papeles eran una empresa nueva, pero no sabía de dónde venían. Cuando empecé a investigar empezaron los problemas, acá habían hecho una casa en Rancul, lo llamé al muchacho antes de cerrar el negocio y me dijo que se la entregaron en tiempo y forma”, recordó.
“Yo compré la casa en agosto, entregué un 60% y me tenían que entregar la casa en los primeros días de diciembre, después de los 75 días hábiles, y nunca llegó. Reclamé en enero y febrero, hubo peleas y ahora el tema está por intermedio de abogados, pero está medio difícil porque hay muchas cláusulas en el contrato”, aclaró.
“Entregué 136.000 pesos y me hicieron hacer una platea en el terreno que me salió 60.000 pesos. Gasté casi 200.000 pesos y no tengo respuestas», se lamentó.
Casualmente el fin de semana pasado viajé a Córdoba, que fui a ver un abogado de allá porque una de las cláusulas que tenés dentro del contrato es que si hay problemas, el reclamo lo tenés que hacer en su jurisdicción, necesitás un abogado que esté matriculado en Córdoba”, agregó el damnificado.
Ante sus reiterados reclamos, Orueta dijo que “siempre tenían algún versito, que aguantara que me la daban a fin de año, después que se complicó con la lluvia, con los vientos, que están saturados… Y así pasaron los meses”.
El damnificado detalló que “Terruño en sí no tiene nada, es un nombre solamente, yo una parte de la plata se la entregué al vendedor de la empresa a través del contrato y el resto se la deposité al Grupo Altea, que son tres titulares, uno de ellos es el que está al frente de Terruño. Se manejan medio a oscuras, la entrega consta en el contrato y en los depósitos que he hecho, pero no me entregaron ni factura ni recibo”.
Orueta contó que hay otros casos en la provincia que fueron estafados por parte de la misma empresa, al tiempo que expresó: “no sabés de dónde agarrarte para no seguir perdiendo plata, porque no sabés si vale la pena gastarte 40 o 50.000 pesos en hacerles una demanda. No queda otra que sentarte a esperar, ya lo estoy tomando como un mal negocio en mi vida”.