De Parera al Impenetrable chaqueño: “fue una experiencia hermosa que nos enfrentó con una realidad muy dura”

Un grupo de vecinos de Parera se sumó a la cruzada «Todo por todos», una agrupación que desde hace siete años consecutivos viaja al Impenetrable chaqueño para llevar ayuda y asistencia médica a la gente del lugar.

Juan Pablo Roberi fue uno de los parerenses que este año se sumó al grupo “Todo por todos”. Viajó con su esposa Carina, su hija Catalina, la docente Virginia Lobato y Viviana Ysaguirre, una profesional médica de Villa Huidobro que desde hace años ejerce su profesión en la ciudad de Córdoba.

Este año desde Parera decidieron sumarse a esta cruzada solidaria y todo un pueblo, y una región sumó su granito de arena para llevar al monte chaqueño decenas de cajas con alimentos no perecederos, prendas de vestir, utensilios de cocina, juguetes, útiles escolares  y muchas cosas más, producto de la solidaridad.

Juan Pablo contó a Zonal Noticias «llegamos el jueves a la noche, el viernes a las 6 de la mañana, llegaron los médicos en colectivo y nos fuimos a un paraje que se llama El Rosillo ubicado unos 45 kilómetros hacia adentro del monte, donde hay una escuela rural con casas alrededor·.

Allí los habitantes del lugar los esperaron con  mates, empanadas y un  cabrito. Luego de pasar un lindo día donde los médicos atendieron a la gente del lugar y se festejó el día del niño y los cumpleaños de los niños del lugar , los voluntarios volvieron  al pueblo de Taco Pozo a descansar y recargar pilas para otro intenso día de trabajo.

“El segundo día fuimos al Paraje La Primavera  a 135 kilómetros, al interior del monte, en la mismas condiciones: una escuelita rural con casitas muy humildes  alrededor, donde también atendieron los médicos y se llevó mercadería”, relató.

Juan Pablo explicó: “En tanto el domingo los médicos se quedaron a atender en el hospital Santa Rosa de Taco Pozo.»

«Fue tremendo el trabajo que hicieron desde las 8 de la mañana hasta la noche sin parar prácticamente a almorzar, porque es un pueblo de 12 mil habitantes con una amplia zona rural y sólo tienen un médico, asique la demanda de atención era altísima”.

“Nosotros asistíamos a los doctores en lo que les hiciera falta y ahí en el pueblo empezamos a repartir parte de lo que habíamos llevado, otra parte quedó para seguir repartiendo por la localidad y llevar a otras escuelas rurales”, contó Juan Pablo.

El grupo estaba conformado por 32 personas: tres odontólogos, dos psicólogas, una fonoaudióloga, unos médicos clínicos y pediatras y una ginecóloga. Algunos profesionales vinieron de Mar del Plata, los demás eran de Córdoba y Alta Gracia y también  vinieron dos médicas de Sunchales, Santa Fe.


«Realidad dura»

“La verdad que fue una experiencia muy linda pero te encontrás con una realidad que es muy dura y a la que nosotros acá en la zona no estamos acostumbrados”, expresó Roberi.

“Hay una demanda muy grande de alimentos y sobre todo de atención médica”, señaló.

“En la zona de monte un problema muy grande que tienen los pobladores es que el agua tiene arsénico, aunque la terminan tomando y a causa de  eso tienen muchos problemas de salud”, explicó Juan Pablo.  


Festejos

El vecino de Parera  contó que se hizo un lindo trabajo con los niños, festejando los cumpleaños y el Día del Niño en una zona donde este tipo de festejos es poco habitual.

“En el grupo fue Viriginia Lobato que es docente y una profe de educación física y entre todos colaborábamos organizando los festejos de cumpleaños de los chicos y el Día del Niño en los distintos parajes a los que íbamos», relató.

“Se entregaron muchos regalos, se les dio chocolate, tortas, caramelos, durante cada jornada se hacían juegos para los chicos”, indicó.

“Por último se les pidió a los chicos que estamparan sus manos en una bandera grande que era como dejar un recuerdo para todo el grupo de Todo por todos”, explicó.

“Vivimos momentos muy emotivos, más allá de esta realidad que es muy dura y nos volvimos felices de haber podido ir a dar una mano”, contó.

“Viviana Ysaguirre siempre dice que el monte te cautiva, que en lo único que pensás es en volver, ella dice que es adictivo, y algo de eso hay porque cada vez que volvíamos del monte a Taco Pozo, lo único que pensábamos todos, es en el año que viene como organizarnos para volver”, concluyó Juan Pablo Roberi, todavía conmovido por la experiencia vivida.