Tras 51 días, el jefe de enfermería del CEAR abandonó la terapia intensiva

 Tras permanecer 51 días de aislamiento -entre internación clínica y terapia intensiva- el enfermero castense Javier Piorno abandonó la unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Centro Emergente de Asistencia Respiratoria (CEAR) de Santa Rosa.

Ahora permanece en clínica médica. “Esta acompañado y lo cuidan sus hijos y su pareja Romi, pero yo no pude verlo porque estoy en el grupo de riesgo por la edad”, transmitió su madre, Teresa Andrada a radio Don de Eduardo Castex.

El enfermero terapista Javier Piorno se desempeñaba como jefe de enfermería del Centro Emergente de Asistencia Respiratoria (CEAR) hasta que se contagió –hace más de 50 días- de coronavirus.

“Los hijos están felices porque después de más de 50 días pudieron ver al padre, y yo estoy feliz. Quiero agradecer muchísimo a todos los que hicieron cadenas de oraciones y se preocuparon por la salud de Javier”, relató Teresa desde Santa Rosa.

En los primeros días de este mes, informamos que Javier Piorno se había despertado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Cear de Santa Rosa, y había mejorado sus condiciones físicas y se previa el traspaso a una cama de sala intermedia. Pero, en las horas sucesivas hubo un retroceso, o mínimamente estancamiento, por lo cual nuevamente generó preocupación en los equipos médicos.

Ahora, hace algunas jornadas que está estabilizado. El jueves “lo pararon un ratito y ya no requiere oxígeno”, destacaron los familiares.

“Tiene dos kinesiólogos. Lo sientan en la cama y responde muy bien. Y ya va a empezar con una fonoaudióloga”, relataron fuentes familiares. “Creemos, y estamos convencidos, que lo peor ya pasó y ahora es cuestión de tiempo para que pueda mejorar y recuperarse plenamente”, destacaron desde la familia.,

Piorno está internado desde los primeros días de octuibre. Una ambulancia lo había trasladado desde su casa el 11 de octubre a las 3 de la madrugada, porque tenía fiebre y problemas respiratorios. A las pocas horas el diagnóstico de coronavirus le dio positivo.

Desde aquel día, su madre Teresa, de 76, años, sus hijos, y su novia Romina, ya no pudieron verlo ni comunicarse con él. Con una neumonía en los dos pulmones, con coronavirus, su estado se agravó. Le aplicaron plasma. Dos veces estuvo al borde de la muerte. Pero salió. «Tiene mucha fuerza de voluntad», le dijo un familiar al diario en esa oportunidad.