En julio del año pasado, durante el encuentro de ministros de la Producción de todo el país, el ministro Ricardo Moralejo, en representación de la Provincia de La Pampa, pidió en soledad “mayor gestión y un inmediato cambio de rumbo” en la economía nacional. Ante el titular de la cartera nacional, Dante Sica, vaticinó el oscuro panorama que se venía para las PyMEs y las economías regionales. El funcionario pampeano, a su regreso, recibió algunas críticas, pero las estadísticas le terminaron de dar la razón.
Señaló con particular acierto el economista y profesor de la UBA, Gustavo Perilli, hace poco tiempo cuando en una columna de su autoría publicada en un medio porteño, afirmó que en teoría económica, los procesos de “profecía autocumplida” son más comunes de los que se cree. Reafirmó el concepto sosteniendo también que después de haber estudiado conductas, condenas y rechazos sociales en el ámbito educativo, el sociólogo estadounidense William Thomas concluyó su minuciosa investigación que publicó con el título de The child in America: behavior problems and programs («El niño en América: problemas de comportamiento y programas».
El análisis demuestra que en julio de 2018, el ministro de la Producción de La Pampa estaba en lo cierto cuando pidió en soledad un inmediato “cambio de rumbo” en la política económica nacional, además de solicitar “mayor gestión” a los funcionarios del área productiva nacional. Fue durante el último Encuentro Federal de la Producción, presidido por el ministro de la Producción de la Nación, Dante Sica.
Quizás pensando en el “Teorema de Thomas”, el pampeano mostró su convencimiento de que la teoría de la “profecía autocumplida” convierte escenarios probables en hechos ciertos y también en la economía. Moralejo no resultó ser el único en acertar los pronósticos económicos, la norma no escrita más bien advierte sobre la inexistencia de hallar profesionales que hagan análisis certeros sobre la política económica, pero hay excepciones. Dicen que la mayoría de los economistas y entendidos en política económica son buenos para los diagnósticos pero casi nunca para los pronósticos.
Un grito en soledad
Pronósticos acertados
Las declaraciones del ministro pampeano, a su regreso, tuvieron una extensa repercusión y varias críticas, pero quizás pasaron inadvertidas la dimensión y el impacto que tendrían en el corto y mediano plazo. Las medidas que se tomaron para el segundo semestre no resultaron paliativos suficientes y, poco después, los indicadores negativos respecto a la actividad de la economía nacional resultaron contundentes.
Y lo que es peor, por citar otro frente, el Banco Mundial publicó recientemente un duro pronóstico para la economía global de 2019 y anticipa un panorama especialmente difícil para la Argentina. Según el informe “Perspectivas Económicas Mundiales” del organismo internacional, la economía del país cayó un 2,8% durante 2018. Y afirma que la crisis se extenderá este año, por lo que el PBI terminará 2019 con una nueva contracción, esta vez del 1,7%.
“El aumento del costo del endeudamiento y la persistente incertidumbre en materia de políticas influirán en las perspectivas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo”, explica el Banco Mundial. Y puntualiza: “Se pronostica que Argentina se contraerá un 1,7 % a medida que la profunda consolidación de la situación fiscal produzca una pérdida de empleos y una reducción del consumo y la inversión. La experiencia de la Argentina en 2018 es un duro recordatorio de los riesgos de cambios repentinos y generalizados en el sentimiento inversor».
Lo descripto demuestra el análisis, la perspectiva y el criterio con que los funcionarios pampeanos analizan el acontecer nacional .Y en este caso puntual, permite ver el acierto con que se dijeron aquellas palabras en un acto, que para el resto de los participantes, era meramente protocolar. El discurso del ministro ante sus pares y el poder central, absolutamente definitorio y premonitorio, son diariamente confirmados con los hechos y las estadísticas sobre niveles de productividad, alto endeudamiento, caida de ventas, desempleo, pérdida de poder adquisitivos pobreza, entre otras. Es realmente un ejemplo nacional saber interpretar la realidad del país sustentado en la experiencia, el estudio y el seguimiento de las distintas variables macroeconómicas.