La política «congelada»: el 76% de los intendentes va por la reelección

                                                                                                                             Por Norberto G. Asquini

Hay un dato inamovible en cada elección ejecutiva en La Pampa: la mayoría de las y los intendentes siempre va por la reelección, y casi todas y todos la consiguen. En los comicios del 19 de mayo el 76% de los actuales jefes comunales, 3 de cada 4, buscará un nuevo período en el cargo.

La regla es mantenerse.

La renovación se va dando a cuentagotas en los municipios y comisiones de fomento de La Pampa. Es que la mayoría de los intendentes y presidentes de comisiones de fomento buscan su reelección y, casi siempre, son reelectos. El 19 de mayo serán 60 los que se presentaron para competir por un nuevo período, frente a 19 que no lo harán.

Esto es lo que llamo «la política congelada«. En los municipios el que gana es «el que tiene la billetera», al decir de un dirigente del PJ.

La Pampa tiene un alto índice de reelección y muy poca alternancia al frente de cada intendencia. Perpetuarse en el cargo es la regla. Se da así una preeminencia de los liderazgos locales, lo que se acentúa en las poblaciones más chicas, donde el intendente la juega «cuerpo a cuerpo» y es más difícil para la oposición, y hasta para los dirigentes de la misma fuerza política, disputarle el poder.

Un caso emblemático, pero a la vez anecdótico, es el de Carlos Grazide, intendente de Gobernador Duval desde 1983, y que va a obtener una nueva reelección ya que no tendrá contrincante, por lo que cumplirá 40 años al frente de la comuna. Uno de los más «antiguos» intendentes del país, sino el más antiguo.


 Los nombres de los que quieren quedarse

 Igualmente el de Grazide es un caso muy puntual. Hay casos que da pie a los que hablan de la renovación silenciosa de la dirigencia política a pesar de las continuidades en el poder.

Es que el 41% de los 60 intendentes que buscarán la reelección, que son 25 casos, lo harán por primera vez ya que fueron electos en 2015. De hecho, hay solamente uno de los jefes comunales, el polémico Hugo Colado, que está desde 1995 en el cargo, y otros dos desde 1999. Son los sobrevivientes del siglo XX junto a Grazide. El resto, 31, asumieron entre 2003, 2007 y 2011. De estos, 7 van por su cuarta reelección, 14 por su tercera y 10 por su segunda.

En esta elecciones, además, hay intendentes con más de una, y hasta dos, décadas al frente de sus comunas que también dejarán el cargo. Son los casos por ejemplo de Jorge Riera en Bernasconi, Norberto Rodríguez en Lagos, Luis Rogers en Lonquimay, José Rodríguez en Santa Isabel (obligado, al perder la interna), Oscar Flores en Alta Italia y Emilio Soncini en Villa Mirasol.

Los «modelo siglo XX» además de Grazide y de Colado son Roberto Kronemberger de Perú (PJ); y Mario Roth de Campos (Cambiemos). Los que están desde 2003 son del PJ Serafín Eberhardt de Colonia Santa María; Jorge Cabak de Macachín; Julio Gerez de Puelches; y Luis Ferreyra de Rolón; y de Cambiemos Luis Bertero de Maisonnave; Néstor González de Relmo; y Raúl Weymann de Colonia Santa Teresa.

Desde 2007 por el PJ están Ariel Mauna de Chacharramendi; Natalia Hollman de Dorila; Roberto Cincunegui de Cuchillo Co; Juan Barrionuevo de La Adela; Gustavo Cein de La Maruja; Angel Gutiérrez de Limay Mahuida; Oscar Martínez de Loventué; Mónica Valor de Luan Toro; Federico Ortiz de Miguel Riglos; y Horacio Castro de Rancul; y por Cambiemos Celestino Folmer de Mauricio Mayer; y por partidos vecinales Horacio Bono de Ceballos; Oscar Canonero de Falucho; y Hugo Kenny de Victorica.

Desde 2011 están por el PJ Oscar Gatica de Algarrobo del Aguila; Henso Sosa de Arata; Oscar Baras de Caleufú; Angel Ré de Conhelo; Oscar Pereyra de La Humada; Rosa Eleno de Miguel Cané; Carlos Llanos de Puelén; Pablo Lázaro de Rucanelo; y Luis Fredes de Speluzzi; y por Cambiemos Héctor Delahaye de Anguil.

Mientras que los que asumieron en 2015 y buscan su primera reelección son por el PJ Ricardo Delfino en Catriló; Abel Abeldaño en 25 de Mayo; Fabián Zabala en Doblas; Alejandro Stemphelet en General San Martín; Alfredo Fernández en Quemú Quemú; Saúl Echeveste en Telén; Luis Giacomino en Vertiz; Julio Clemant de Abramo; Rubén Muller en Alpachiri; Oscar Rodríguez Huarte en Carro Quemado; Sonia Luengo en Colonia Baron; Juan Carlos Pavoni en Metileo; Gustavo Pérez en Anchorena; Adriana García en Winifreda; y Carlos Antonieta en Sarah y Carlos Ferrero en Pichi Huinca que eran de juntas vecinales y ahora van por el Frejupa; por Cambiemos  Leandro Altolaguirre en Santa Rosa; Sergio Arrese de Guatraché; José Gallotti en Bernardo Larroudé; Ariel Bogino en Embajador Martini; Fernando Tuñón en Quehué; y Roxana Lercari en Realicó; y de partidos vecinales Víctor Wilberger en Monte Nievas; Juan Pablo Resio en Quetrequén; y Francisco Traverso en Intendente Alvear.


 Más datos para una misma tendencia

 La «política congelada» es un término que el autor lo sigue usando en cada elección porque es un dato permanente. El análisis comparativo muestra esta tendencia: en 2007, por ejemplo, en un artículo con datos propios, se indicaba que el 45% de los intendentes y presidentes de comisiones de fomento lograron la reelección (36 casos sobre 79).

Fue un año de cambios con la llegada de Oscar Jorge a la gobernación. En 2011 se incrementó al 72,1% (57 casos). Y en 2015 se mantuvo alta la tasa de reelección, si bien descendió producto de la dura interna en el PJ entre vernistas y jorgistas: el 67% (53 sobre 79) logró repetir. Otro dato que muestra las hegemonías y los personalismos locales: en la elección de 2015 apenas 4 intendentes de los que buscaban la reelección perdieron esa votación sobre 57 casos (el 7%).

Esta permanencia y la falta de alternancia no reconoce partidos. El 74% de los intendentes del PJ buscarán en 2019 una nueva reelección (42 casos sobre 57), el 80% de los radicales en Cambiemos (12 sobre 15 casos) y el 86% de los jefes comunales pertenecientes a partidos municipales (6 sobre 7).

Como los números lo demuestran, los jefes comunales locales tienen las de ganar y casi siempre quieren repetir. Puede haber una tendencia a la renovación en la dirigencia política, pero a simple vista, en la superficie no parece notarse.