Este lunes a partir de las 9, el tribunal de Dolores empezará a juzgar a los ocho rugbiers por el crimen del estudiante de derecho Fernando Báez Sosa, asesinado a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell en enero de 2020.
En las últimas horas, las calles aledañas a la Unidad Penal 6 de Dolores fueron valladas por completo. Esto se debe a que allí permanecerán alojados los acusados durante todo el tiempo que dure el juicio. El veredicto se conocería el 31 de enero.
Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz serán juzgados desde este lunes 2 de enero de 2023.
«La sala del Tribunal está preparada para que vayan los ocho de manera presencial, durante todo el debate, con dos custodios y dos familiares por imputado», explicaron las mismas fuentes.
Por parte del Ministerio Público intervendrá el fiscal Juan Manuel Dávila, a cargo de la Fiscalía de Juicio N° 8 de Dolores. Los representantes de la víctima son Fernando Burlando y Fabián y Facundo Améndola. En tanto, la defensa de los acusados estará a cargo de Hugo Tomei.
Para que el desarrollo del debate esté garantizado ante cualquier apagón, ya se instaló un grupo electrógeno en la puerta del Palacio de los Tribunales de Dolores, previendo posibles cortes de luz.
Según está previsto en el cronograma, por el TOC N°1 pasarán, entre el 2 y el 18 de enero de 2023, más de 170 testigos. Silvino y Graciela, los padres de la víctima y querellantes en el expediente, fueron citados a declarar en la primera audiencia del proceso. Lo harán luego de las presentaciones de rigor de la fiscalía, su querella y la defensa. La misma será transmitida por el canal de YouTube de la Suprema Corte de Justicia Provincia de Buenos Aires.
Silvino y Graciela Báez Sosa arribaron a la ciudad de Dolores en micro pasadas las 21.30 del domingo, y se registraron en un hotel ubicado a una cuadra del tribunal. Llegaron junto con parte de su equipo de abogados y un patrullero, que se instaló frente al hotel.
«A pesar de los nervios y la angustia trataremos de ser fuertes. Vamos a ser la voz de nuestro hijo, junto con nuestro equipo de abogados», dijo Silvino a Infobae, a horas del inicio del debate. Graciela, en tanto, hizo hincapié en el cruce cara a cara con los imputados. «Va a ser un momento duro enfrentarnos con los asesinos de Fer, pero es algo que esperamos hace muchísimo tiempo», sostuvo en comunicación telefónica con este medio y confió que se quedarán en Dolores durante todo el juicio. Desayunaron poco antes de las 8. La madre llevaba un rosario. Ambos llevaban en su ropa el mismo pin, que dice «Justicia por Fernando».
Desde las primeras horas del domingo, la calle Riobamba al 200, donde se encuentra el ingreso principal del penal de Dolores y a donde trasladaron ayer a los imputados, quedó vallada entre las calles Alberdi y Leandro N. Alem. También fue vallado el palacio de Tribunales sobre la calle Belgrano al 100, entre Márquez y Rico, para asegurar el ingreso de los acusados al edificio.
En la lista de testigos, también figuran Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi —los rugbiers originalmente acusados que luego fueron sobreseídos— y Pablo Ventura, el remero de Zárate falsamente acusado por el asesinato que estuvo preso cuatro días.
Otro nombre que se destaca es el de Gustavo Presman: el perito informático forense de la querella de Sandra Arroyo Salgado en la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman. Según detalles en la lista, Presman fue citado por la defensa.
Guarino y Milanesi son los últimos dos testigos programados, agendados para la última de las 13 audiencias de declaraciones, programada para el 18 de enero. Fueron requeridos tanto por la querella -liderada por Fernando Burlando y Fabián Améndola, representantes de los padres de Fernando- y de la defensa, a cargo del abogado Hugo Tomei.
Los dos jóvenes oriundos de Zárate recuperaron la libertad tras doce días de encierro en el penal de Dolores, el 10 de febrero de 2020. Al finalizar la investigación penal preparatoria, la fiscal de Villa Gesell, Verónica Zamboni, solicitó que se decretara el sobreseimiento de ambos. En primer lugar, porque las ruedas de reconocimiento en su contra resultaron negativas, como así también las pericias de los teléfonos celulares y los seguimientos de las cámaras de seguridad.
«Lo cierto es que no han podido tampoco ser ubicados, por las secuencias fílmicas, en el lugar directo de la agresión a Fernando, sino solo en inmediaciones y alejados de la víctima», sostuvo Zamboni en un escrito.
Pero sobre todo, la fiscal valoró que los estudios de ADN realizados sobre sus propias prendas de vestir y zapatillas no encontraron rastros compatibles con las muestras tomadas sobre la víctima. Tampoco había restos de piel de ambos jóvenes bajo las uñas de Fernando Báez Sosa, que llegó a defenderse y, en ese intento, rasguñó a alguno de sus atacantes.
El crimen
De acuerdo con el pedido de elevación a juicio de la fiscal Verónica Zamboni, el crimen de Fernando se produjo entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020, frente al local bailable ubicado en Avenida 3 y Paseo 102, pleno centro de la localidad balnearia de Villa Gesell, frente al boliche bailable Le Brique.
La acusación que recae sobre los imputados sostiene que tomaron la decisión de matar a Báez Sosa y que, para ejecutar el plan, dividieron sus funciones. Así, cinco de ellos (Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli) fueron a buscar a Fernando, «lo tomaron desprevenido y de espaldas» y «comenzaron a golpearlo en distintas partes del cuerpo».
Cuando el joven de 18 años cayó al piso, y «aprovechándose aún más de esa situación de indefensión», le dieron una patada que le provocó la muerte en forma casi inmediata al causarle «un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo».
Mientras todo eso sucedía, los otros tres (Ayrton Viollaz, Lucas y Luciano Pertossi) formaron «una especie de cordón» para impedir que los amigos de Fernando pudieran auxiliarlo y, además, los golpearon varias veces. Por eso, la acusación incluye el delito de lesiones leves.