Medidas de prevención para pasar un verano sin Síndrome Urémico Hemolítico

Llega el verano, sube la temperatura y el calor aumenta las situaciones de riesgo que pueden favorecer la ocurrencia de casos de síndrome urémico hemolítico (SUH), por lo que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud de La Pampa recuerdan una serie de medidas de prevención para poner en práctica a diario.

En La Pampa, diversos factores favorecerían la alta incidencia de esta patología, entre ellos la elaboración de alimentos sin el control sanitario correspondiente, la realización de actividades en el ámbito rural, la exposición al ganado, al ambiente y las aguas recreacionales.

Según el Ministerio de Salud provincial, durante el verano, en todo el país, se registra un mayor número de casos debido a que el calor aumenta las situaciones de riesgo que pueden favorecer esta ocurrencia. En esta provincia también se registra un pico en invierno, que puede vincularse al consumo de chacinados.


¿Qué es el SUH?

El SUH es una enfermedad grave que se puede prevenir, por eso la importancia de que la comunidad incorpore en sus hogares las medidas necesarias en la manipulación de los alimentos.

Se transmite por alimentos contaminados por una cepa de la bacteria Escherichia Coli, productora de una toxina que suele estar presente en la materia fecal de animales y personas. La bacteria es parte de la flora normal del aparato digestivo del ganado, lo que representa un riesgo en las faenas realizadas en condiciones de higiene deficientes.

Además, al sobrevivir en la materia fecal, puede contaminar los productos de huerta cuando se utilizan aguas contaminadas para el riego y fertilización, y la vestimenta y calzado de quienes realizan tareas rurales o visitas a los campos.

El SUH afecta principalmente a niños menores de 5 años; es una enfermedad de comienzo agudo que puede presentarse a través de los siguientes síntomas: diarrea con o sin sangre, vómitos, fiebre, palidez, debilidad, letargo, irritabilidad, disminución de la cantidad de orina, hematomas, hemorragias subcutáneas en forma de pequeños puntos rojos (petequias) y coloración amarillenta de la piel (ictericia).

En la República Argentina, esta enfermedad constituye la principal causa pediátrica de insuficiencia renal aguda y la segunda de insuficiencia renal crónica. Según información del Ministerio de Salud de la Nación, esta enfermedad es responsable del 20% de los transplantes de riñón en niños y adolescentes.

Las recomendaciones para la prevención de la enfermedad son:

No hay un tratamiento específico para esta enfermedad, por lo que hay que extremar las medidas de prevención:
• Lavarse las manos después de tocar animales, manipular alimentos e ir al baño.
• Colocar la carne en un tupper para guardarla en la heladera, poniéndola en los estantes inferiores para evitar los derrames de líquidos hacia los cajones de frutas y verduras.
• Mantener la cadena de frío de los alimentos.
• No almacenar las verduras crudas al lado de la carne, indistintamente de si se encuentra o no cocida.
• Lavar las verduras con agua con agua potable. Si el agua no es potable, colocar dos gotas de lavandina por litro de agua, dejando reposar la misma al menos 5 minutos.
• No usar la misma tabla y cuchillo para manipular alimentos crudos y cocidos. Así se evitará la “contaminación cruzada”.
• Cocinar los alimentos a más de 70 grados de temperatura.
• Consumir siempre agua potable y lácteos pasteurizados.

Por otro lado:
• Bañarse en piscinas controladas donde se sepa que el agua no estuvo expuesta a desechos de animales.
• Evitar que los niños se lleven las manos a la boca luego de jugar con animales domésticos o de granja, y lavarse las manos de manera reiterada antes y después de comer.
• En los jardines de infantes, los docentes deben usar guantes cuando cambian los pañales para evitar la contaminación cruzada entre los niños.