El artista Mario Lange compartió su arte en Embajador Martini

El artista plástico Mario Lange se presentó este viernes en la Biblioteca Popular Florentino Ameghino de Embajador Martini, en una jornada cultural donde dejó su huella y además hizo partícipe de su obra a toda la comunidad.

El artista fue invitado por la Biblioteca Popular Florentino Ameghino, en el marco de las acciones programadas camino al centenario de la institución.

La jornada cultural abierta a todo público, comenzó en la mañana de este viernes, donde Lange contó su emotiva historia de vida ante los presentes, una historia de superación y de luchar permanentemente por sus sueños.

En un lienzo el artista plasmó su obra que a lo largo de la jornada se fue pintando con la intervención de estudiantes, y vecinos en general de la localidad. También estuvieron presentes los adultos mayores del Taller de la Memoria.

El artista contó que nació en Entre Rios en una familia muy humilde y a los 10 años se trasladó a la Ciudad de Villa Mercedes, donde reside actualmente  en Estancia Grande.

Narró que fue un niño que conoció la extrema pobreza, ya que su padre era ayudante de albañil y ganaba muy poco. Vivían de la caza y de la pesca, a orillas del Paraná. Salía en la mañana, muy temprano, y corría casi 15 kilometros por día, cazando liebres con gomera.

Sin embargo más allá de las difíciles circunstancias económicas, contó que  nunca faltó a la escuela.

A los doce años, ya era un entrenado atleta: en marzo de 1983 ganó su primera carrera, y en septiembre del mismo año batió un récord argentino. Ese hecho posibilitó su ingreso a la selección de atletismo. Viajó por todos lados, conoció  a mucha gente interesante, y ganó  medallas que lo enorgullecieron en lo personal y a su familia.

Pero la difícil situación económica que atravesaba su familia, lo obligó a abandonar su carrera deportiva a los diecinueve años para trabajar con su padre  como ayudante de albañilería. Sin embargo no resignó sus sueños y su espíritu de superación.

A los veintiún años inició mi primera empresa constructora y, con el tiempo, llevó adelante la obra del Parque de las Naciones de la ciudad de San Luis.

El tiempo pasó, a los treinta y cinco años comenzó a construir casas, y se dio cuenta de que le gustaba pintar.

La venta de casas y cuadros se fue volviendo más asidua y poco a poco fue ingresando de lleno en el mundo del arte. A los cuarenta y cinco años, por consejo de Milo Lockett, cerró la empresa para dedicarse a pintar.

 Hoy diseña más de cincuenta telas para distintas marcas. Además viaja por el país acercando su arte.

Sin dudas un artista con todas las letras que la gente de Embajador Martini tuvo el placer de disfrutar, a través de la Biblioteca Florentino Ameghino, como parte de las acciones que está llevando adelante, camino al centenario de la institución el próximo 7 de julio.