CONCIENCIA AMBIENTAL- Agroecología: “un movimiento social y político en defensa de la vida”

En Argentina hoy se realizan principalmente dos tipos de producciones de alimentos, la convencional y la agroecológica. En este micro ampliaremos las diferencias, las características de cada tipo de producción y en qué se diferencian.


La producción mal llamada convencional es la que utiliza semillas transgénicas y agrotóxicos, estas semillas están modificadas genéticamente y son compradas a empresas que forman un paquete con los agrotóxicos que necesitan para crecer sin plagas.

Estas modificaciones también generan cambios en el tamaño y las formas, pérdida del gusto y menor cantidad de nutrientes en los alimentos, estos brillan más y tienen formas más perfectas, pero alimentan menos. Una vez cosechadas las frutas y verduras tienen mayor durabilidad y pueden realizar viajes más largos, lo que otorga mayores posibilidades de comercialización.

Este sistema agroindustrial de producción se basa en la deforestación para la explotación del monocultivo, la sobreabundancia de producción y la utilización de fertilizantes contaminantes como principales características.


Mientras que las producciones agroecológicas u orgánicas tienen prohibida la utilización de fertilizantes químicos o contaminantes y los reemplazan por bioinsumos o técnicas naturales para el cuidado del suelo. Los ejemplos más simples son la preparación de compost con estiércol de animales y residuos orgánicos para fertilizar la tierra o el fomento de depredadores naturales para cuidar los cultivos de bichos y malezas.

La agroecología es una ciencia, un movimiento social y político, junto a un conjunto de prácticas agrícolas. Se trata de un cambio de paradigma en el modelo, el uso y el acceso a la tierra, así como también en el rol de los consumidores.

Es convivencia cordial, es conocer a las personas que reciben las verduras, hacer alianzas y disminuir los intermediarios en la comercialización para que el precio sea justo también para el consumidor, es un camino posible hacia una producción sana, soberana y segura.

Este sistema de producción agropecuario es sustentable en el tiempo, mediante el manejo racional de los recursos naturales, evitando el uso de los productos de síntesis química y otros de efecto tóxico para la salud humana, brinda productos sanos, mantiene la fertilidad de los suelos y la diversidad biológica, conservando los recursos hídricos. Implica cuidar al consumidor y al medio ambiente, es excelencia en seguridad e inocuidad en la elaboración de un alimento que cuida al medio ambiente y al consumidor.


Hasta aquí es bastante simple, la evidencia científica nos demuestra que, para que la población pueda alimentarse saludablemente y mitigar el cambio climático, los estados deben reglamentar y hacer cumplir leyes para reducir el uso de agrotóxicos y en paralelo fomentar las producciones agroecológicas que hoy son consideradas “alternativas” a pesar de que son las mismas que alimentaron durante siglos a toda la población mundial. Lo que debemos cuestionar es por qué se sigue postergando su implementación.

Por Robert Lizárraga
Fuente: Biodiversidad en Latinoamérica