La inflación anual de la Argentina es más alta que la que suman los principales países de América

En agosto, la suba local interanual fue de 54,4%. Sólo se excluye del cálculo a Venezuela que enfrenta un escenario hiperinflacionario con tasas que el FMI estima en 10.000 millones por ciento para este año. Incluso la tasa mensual de agosto superó largamente a la anual de la mayoría de las naciones del continente.

En la mayor parte del mundo la inflación dejó de ser un tema de discusión recurrente. Los gobiernos comprendieron la importancia de la estabilidad de los precios y la respetan, independientemente del cambio de signo político que puedan elegir los votantes en cada elección. En la Argentina, mientras tanto, se repiten fracasos en la búsqueda de ese objetivo.

En agosto volvió a manifestarse esa caracterísitca con todo rigor, al punto que la tasa del 4% en el mes volvió a resultar superior a la que registró el promedio en 12 meses en el conjunto de los 19 principales países de América. No se cuenta a Venezuela, que atraviesa por un singular proceso hiperinflacionario que el Fondo Monetario Internacional estimó en sus informes semestrales que se ubica en el rango de 10.000 millones por ciento (5,5% por día), tampoco a Haití, que no tiene estadísticas actualizadas pero es otro país americano con tasa de dos dígitos al año.

Mientras que la inflación interanual en agosto fue de 54,5%, según el Indec, en el resto de los países analizados –19, en total– la cifras individuales sumadas para ese mismo período da 51,2 por ciento. 

 

 Según el FMI, el promedio de inflación del mundo para este año será de 3,6% y sólo un país (sin contar Venezuela) registrará una cifra anual mayor a la local: Zimbabwe

Desde el comienzo del gobierno de Cambiemos se registraron tasas mensuales de 4% o más en 7 oportunidades, y septiembre no parece que será la excepción. En casi todos los casos estuvieron asociados a la la fuerte devaluación del peso. Para este mes varias consultoras ya estiman una suba de precios que rondará el 6 por ciento.

Semejante ritmo de alza mes a mes fue consolidando a la Argentina entre los muy pocos países que mantiene uno de los peores récords de América, e incluso del planeta, y 2019 no será la excepción. Más aún si se tiene en cuenta que desde febrero de 2019 la inflación en un año se afirmó por arriba del 50 por ciento.

Según la expectativa de las entidades que informaron al Banco Central en agosto sus pronósticos, el año terminará en 55 por ciento.

En tanto, según el FMI, el promedio de inflación del mundo para este año será de 3,6% y sólo un país (sin contar Venezuela) registrará una cifra anual mayor a la local:  Zimbabwe. 

Los objetivos del Gobierno

A partir del dato de la inflación acumulada en los primeros 8 meses, 30% en la medición del Indec, surge que para alcanzar el nuevo objetivo de alza de los precios que se fijó el Gobierno para todo 2019  en las bases del Presupuesto 2020, entre septiembre y diciembre la tasa mensual no deberá exceder de un promedio de 4,1%, sin duda un ritmo notablemente elevado. Equivale a casi 63% en un año.

Se trata de un rango que no sólo es el más alto en 28 años, desde la salida de la hiperinflación de 1989 y 1990, y marcha a contramano de lo que se observa en el resto del mundo donde, salvo muy pocas excepciones, se mantiene en niveles de un dígito bajo, e incluso con tendencia declinante; sino que deja un arrastre estadístico para el 2020 todavía muy elevado: 38% es la pauta base del Presupuesto.

 La pauta de Presupuesto de 2020 es de una tasa de inflación de 38%, equivalente a un promedio mensual acumulativo de 2,7%, nivel al que no llegan acumular en un año diversos países de la región

No sólo eso, ese ritmo proyectado para todo 2020 es equivalente a poco más de 2,7% de promedio mensual, una tasa a la que muchos países de la región no han llegado a acumular en los últimos 12 meses a agosto: El Salvador acusó deflación de 0,5%; Ecuador y Puerto Rico leves subas de 0,3%;  Panamá, 1,5%; República Dominicana, 1,7%; EEUU, 1,8%; Canadá, 2%; Bolivia, 2,3% y Chile 2,6 por ciento.

Los principales efectos de una economía con alta inflación son: elevados indicadores de pobreza; alto desempleo y recesión reiterada, por los desincentivos que provoca a la inversión productiva.

Fuente: Infobae