Rancul fue sede del Acto central por el Día de los Derechos Humanos en La Pampa

La localidad de Rancul fue sede este sábado del acto central por el Día de los Derechos Humanos en La Pampa. En la oportunidad se plasmó un mural  diseñado por el muralista pampeano Juan Manuel Giménez.

Fue un acto emotivo que se desarrolló en el boulevard Madre España entre Rivadavia y San Martín con la presencia de autoridades provinciales y locales.

Allí estuvieron presentes el Secretario de Derechos Humanos de La Pampa Antonio Curciarello, la  directora zonal de Asuntos Municipales María Silvina Larreta, el intendente anfitrión Horacio Castro, los  diputados Facundo Sola y  Darío Hernández, concejales y vecinos de Rancul.

  En la oportunidad  se oyeron palabras del secretario de Derechos Humanos Antonio Curciarello, y el diputado Darío Hernández, autor del proyecto de Ley que estableció el 14 de julio como «Día de los Derechos Humanos en La Pampa» en alusión al ataque que sufrió la localidad de Jacinto Arauz, víctima del terrorismo de Estado el 14 de julio de 1976

 

 

También hizo referencia a esta fecha tan trascendente para los argentinos, el jefe comunal Horacio Castro.

El jefe comunal se mostró muy agradecido por la elección de Rancul para conmemorar la fecha.

Entre otras cosas, pidió a sus habitantes que hablen con sus hijos y nietos y les cuenten la verdadera historia del pasado oscuro de nuestro país y provincia.

Luego narró su experiencia de vida Rafael Guardia, quien nació y trabajó en Rancul, con una historia de vida de lucha obrera, persecución y tortura, que además brindó su valioso testimonio en el  actual Juicio de la Sub Zona 14.

 

Mural

En el marco del acto central a nivel provincial, se presentó el mural realizado por el muralista pampeano Juan Manuel Giménez, con la colaboración de Ana Inchaurraga.

El mural por los Derechos Humanos  quedó plasmado sobre el boulevard Madre de España.

Su simbología en la siguiente:  “La copa de un caldén, árbol típico nuestro, de la flora Pampeana. El hacha, recuerda los hacheros, cuya labor permitió ganar tierra para la labranza y la ganadería. La lanza que se observa, representa el pasado indígena. El haz de espigas, el trigo, la agricultura local. Las franjas de distintos colores que convergen, simbolizan los distintos suelos que caracterizan la zona, la tierra negra del monte, la de los medanales, y la fértil. La cinta azul y blanca, simboliza la nacionalidad y nuestro sentido de pertenencia. Ver a un niño jugando en primer plano, es pensar en sus derechos, la infancia y lo que significan las nuevas generaciones en un pueblo, es pensar en darle vida y colores y que perdure en el tiempo”.

                                                                                                                 

                                                                                                                  (Fuente y fotos gentileza Viviana Donadío)