Secundaria 2030, el modelo que eligió la Argentina

Avanza una nueva escuela media. El 1° de noviembre las provincias deben informar cómo lo harán.

Que la escuela secundaria necesita un cambio urgente y profundo ya nadie lo duda. Unos 400.000 adolescentes argentinos –el 10% del total– abandonan cada año sus aulas, principalmente porque no le encuentran ningún sentido a este formato de enseñanza. Son unos mil por día, quienes sí la terminan (apenas el 60% lo hace en tiempo y forma) salen con muy bajo nivel en los conocimientos más relevantes, como comprensión de textos o cálculos matemáticos, según revela cada año las pruebas Aprender.

Ante esta situación, están trabajando en conjunto los ministros de Educación del país, que acordaron avanzar en un nuevo tipo de organización de la escuela media a la que llamaron “Secundaria 2030”.

El próximo 1° de noviembre, cada una de las provincias deberá presentar ante el Consejo Federal de Educación su plan de implementación de la nueva secundaria, que deberá arrancar en 2019, con la gradualidad que cada una elija. Pero todas están obligadas a completar el total de sus escuelas hacia el año 2025.

Los ministros firmaron la resolución en diciembre del año pasado y establecieron, entre otros objetivos, que los equipos docentes de cada colegio deberán tener un proyecto educativo que le dé sentido a la escuela y, de este modo, motive a sus estudiantes.

Cada escuela, además, planificará el año especificando cuáles son los indicadores de mejora que se plantean. Se buscará que ya no haya más “materias sueltas” sino que estén integradas dentro de “áreas de conocimiento” que consoliden los aprendizajes y se integren mejor con aplicaciones prácticas.

Además, se busca que no haya más “profesores taxi” que trabajan pocas horas en muchas escuelas y tienen poco contacto con sus alumnos. En su lugar, los profesores deberían ser designados con cargo y jornada completa para una misma escuela.

Se cambiará la forma de acreditar los conocimientos: se piensa en flexibilizar la clásica repitencia, un sistema que demostró no tener éxito y provoca que muchos alumnos, especialmente de los sectores más vulnerables, terminen abandonado el colegio.

Esta reforma implicará necesariamente más inversión y cuesta imaginarlo en el actual contexto.

Fuente: Clarín.