Imputaron por falso testimonio a la vicedirectora de la escuela donde trabaja la docente secuestrada en Moreno

El caso de Corina de Bonis, la maestra que denunció haber sido secuestrada y torturada en la localidad bonaerense de Moreno, sumó un nuevo capítulo. Después de que se sembraran dudas sobre la declaración de la víctima, la Justicia imputó por falso testimonio a la vicedirectora del colegio donde trabaja la docente agredida.

Se trata de María Fuentes, una de las máximas autoridades del Centro de Educación Complementaria N° 801. Según el fiscal Leandro Ventricelli, la imputaron porque «se corroboró que no existió la amenaza telefónica del 21 de septiembre pasado que había denunciado».

La Justicia revisó todas las llamadas que recibió el establecimiento: desde su origen y destino hasta el tiempo de duración.

«Se encontraron absolutas inconsistencias«, remarcó el letrado.

Aunque por ahora Fuentes no quedará detenida, deberá volver a presentarse ante la Fiscalía. Si la jueza a cargo, Celina Ardonain, falla en su contra, la pena que le corresponde es de uno a cuatro años de prisión.

La propia protagonista, Corina de Bonis, quedó en la mira por posibles irregularidades en su testimonio.

La mujer, de 47 años, denunció que un grupo de atacantes le cubrió la cabeza con una bolsa de plástico y la metieron dentro de un auto. Allí, le tajearon la panza con un punzón y le escribieron «ollas no», en referencia a las ollas populares que habían organizado las docentes en el barrio.

«Las pruebas que se vienen recabando son contradictorias en algunos puntos o al menos no coinciden con la declaración que dio la víctima al tiempo de denunciar y después ratificadas en las veces que estuvo reunida con los fiscales», indicó el procurador general bonaerense, Julio Conte Grand, en diálogo con TN.


Las cuatro contradicciones de la maestra

El procurador general de la Provincia detalló cuáles son los cuatro puntos contradictorios en la declaración de De Bonis.

En primer lugar, detalló que la maestra describió el auto de sus agresores de color bordó.

«Se relevaron las cámaras de seguridad de la zona y se detectaron cuatro vehículos de estas características. Fueron contactados los titulares y se verificó que ninguno de ellos pudo haber sido utilizado en el supuesto secuestro«, señaló.

En segundo lugar, Conte Grand reveló que a los investigadores les había llamado la atención que a la docente se la vio caminando por la calle en el horario cercano a cuando se habrían producido las agresiones.

En este sentido, estimó que el tiempo que va de una a otra de las grabaciones «no es coincidente con una posibilidad de secuestro».

Otro de los puntos que hizo ruido en la causa fue la supuesta amenaza anónima que recibió la maestra a su teléfono. Según los análisis de la Justicia, se detectó que el llamado había sido de una madre de uno de sus alumnos.

«Se le tomó declaración testimonial y fue consistente. La había llamado por otro motivo», aclaró.

Por último, el cuarto elemento a investigar son las heridas que sufrió en el abdomen.

La mujer había declarado que fue torturada con un punzón, pero el funcionario dijo que «los especialistas desvinculan la hipótesis de una lesión realizada en contra de su voluntad».